Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Los presidentes de Rusia y China se reunieron en Astaná, Kazajistán, durante una cumbre que reunió a varios países de Asia Central, donde abogaron por un mundo multipolar en contraposición al unilateralismo estadounidense. En este encuentro, se destacó la importancia de la formación de un orden mundial equitativo y la resistencia a las injerencias externas, resaltando los cambios tectónicos que están ocurriendo en la política mundial, la economía y otras esferas de las relaciones internacionales. Putin y Xi Jinping, líderes de Rusia y China respectivamente, han fortalecido sus lazos y denuncian constantemente la hegemonía de Estados Unidos en las relaciones internacionales. Este posicionamiento se enmarca dentro de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), que también incluye a países como Irán, India y naciones de Asia Central, y que busca ser un contrapeso a la influencia occidental, centrándose en cuestiones de seguridad y económicas. La adhesión de Bielorrusia como décimo miembro de la OCS, bajo el liderazgo del presidente Alexander Lukashenko, quien lleva 30 años en el poder, refuerza la visión de estos países de poder destruir los muros del mundo unipolar. Este movimiento representa un desafío a la influencia occidental y busca consolidar un orden multipolar que promueva la equidad y la justicia en las relaciones internacionales. En medio de esta cumbre, Vladimir Putin expresó su seriedad ante los comentarios del candidato presidencial estadounidense Donald Trump, quien afirmó poder lograr un rápido fin de la guerra en Ucrania. Además, Putin consideró a los talibanes en Afganistán como aliados en la lucha contra el terrorismo, destacando la importancia de la estabilidad en la región. La presencia en la cumbre de líderes como Recep Tayyip Erdogan de Turquía y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, resalta la importancia de esta alianza en un contexto geopolítico complejo. A pesar de representar el 40% de la población mundial y un gran porcentaje del PIB global, existen desafíos y desacuerdos entre los miembros de la OCS, en especial entre Rusia y China por su influencia en Asia Central. Asia Central, región rica en hidrocarburos y estratégica para el transporte de mercancías entre Europa y Asia, se ha convertido en un punto de interés para Rusia y China, que buscan mantener o incrementar su influencia en la zona. Mientras Rusia ha buscado consolidar su presencia en estos países desde la invasión de Ucrania en 2022, China ha impulsado la iniciativa de las Nuevas Rutas de la Seda, un ambicioso proyecto de infraestructuras para potenciar el comercio entre ambos continentes. En este contexto, la cumbre en Kazajistán representa un paso más en la consolidación de un orden mundial multipolar, donde países como Rusia y China buscan fortalecer alianzas y resistir a la hegemonía occidental. Sin embargo, la complejidad de los intereses en juego y las rivalidades históricas entre algunos de los miembros de la OCS plantean desafíos a la cohesión de esta alianza en el largo plazo. La geopolítica global sigue en constante evolución, y la cumbre en Astaná es solo un capítulo en la compleja trama de las relaciones internacionales contemporáneas.