Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) ha puesto sobre la mesa un tema crucial que debería ser parte de la agenda sectorial: la falta de infraestructura portuaria en el norte del país, y cómo esto impacta directamente en el desarrollo de proyectos mineros. El presidente de la SNMPE, Víctor Gobitz, ha advertido que tras el reinicio de Tía María, otros proyectos mineros en la región podrían retrasarse debido a la carencia de una adecuada infraestructura pública. Gobitz señaló que la industria minera requiere de inversiones millonarias y que, tras proyectos como Tía María, la falta de infraestructura portuaria en el norte se convierte en un desafío para el desarrollo de futuras iniciativas. Ejemplificó mencionando proyectos como Zafranal y San Gabriel, que podrían enfrentar retrasos debido a esta problemática. Es evidente que la infraestructura portuaria es un componente vital para la competitividad y sostenibilidad de la industria minera en la región. Por otro lado, el reinicio de actividades de Tía María en Arequipa ha sido destacado como un paso positivo por parte de la SNMPE. La construcción de la represa de Paltiture, que acompañará este proyecto, se presenta como una oportunidad para mejorar la calidad del agua y potenciar la producción agroindustrial en la zona. Se espera un aumento en la producción de cobre, lo que a su vez generará mayores ingresos fiscales y empleo en la región. Iván Arenas, especialista en conflictos sociales, ha resaltado la importancia de proyectos como Tía María para la reactivación económica del país. Se espera que esta iniciativa sirva de ejemplo para otras inversiones mineras y contribuya a la creación de empleo, particularmente en la etapa de construcción. Sin embargo, Arenas también ha señalado la existencia de contaminación en la zona de influencia del proyecto, abogando por estrategias de mitigación y descontaminación. En cuanto a las estrategias de Southern para ganarse el apoyo de los opositores a Tía María, se destaca la implementación de programas sociales y alianzas con sectores productivos locales. A pesar de esto, persisten discrepancias, como lo evidencian las críticas del alcalde de Islay, Richard Ale Cruz, quien ha cambiado su posición respecto al proyecto en un contexto político de revocatoria. Arenas ha instado al Estado a coordinar estrategias eficaces para mitigar conflictos sociales, resaltando la importancia de construir un relato positivo sobre la minería moderna. En este sentido, se ha destacado la necesidad de un enfoque unificado por parte del Estado frente a los conflictos sociales, evitando la fragmentación en las respuestas institucionales. La proliferación de miradas divergentes y la falta de coordinación podrían alimentar tensiones innecesarias en el contexto de proyectos mineros. En resumen, la falta de infraestructura portuaria en el norte del país se erige como un obstáculo para el desarrollo de proyectos mineros, poniendo en riesgo inversiones millonarias y la generación de empleo. A pesar de los beneficios que proyectos como Tía María pueden aportar a la economía nacional, persisten desafíos en términos de gestión ambiental, diálogo con las comunidades y coordinación institucional. Es fundamental que el Estado asuma un rol activo en la articulación de estrategias que promuevan el desarrollo sostenible de la industria minera en el país.