Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La economía de Estados Unidos se encuentra en un momento de desaceleración, con un crecimiento que ha alcanzado su menor ritmo en casi dos años, según datos de la Oficina de Análisis Económico. En el primer trimestre del año, el producto interior bruto (PIB) creció a una tasa trimestral anualizada del 1,4%, marcando un frenazo en seco en comparación con trimestres anteriores. A pesar de que este dato es ligeramente superior al esperado por los analistas, refleja una tendencia a la baja que preocupa en pleno año electoral. El descontento de los ciudadanos se debe en gran medida a la fuerte subida de los precios durante el mandato de Biden, influenciado por la recuperación pospandémica, los cuellos de botella en la cadena de suministro y la crisis en Ucrania que ha impactado en los precios de los alimentos y la energía. Este escenario económico complejo se convierte en un tema central en la campaña electoral, especialmente en el primer debate entre los candidatos presidenciales Joe Biden y Donald Trump. La desaceleración del PIB real se atribuye a varios factores, incluyendo un menor crecimiento del gasto de los consumidores, las exportaciones y el gasto de las administraciones estatales y locales, así como una desaceleración del gasto de las administraciones federales. A pesar de ello, la inversión fija residencial ha mostrado cierta aceleración, compensando parcialmente estos movimientos. Sin embargo, las importaciones han aumentado, desafiando el crecimiento económico. El consumo ha sido uno de los motores clave de la economía estadounidense, apoyado por la creación de empleo y el ahorro acumulado durante la pandemia gracias a las ayudas públicas y la reducción del gasto en medio del confinamiento. No obstante, los datos recientes muestran que el mercado laboral se está enfriando y que el ahorro acumulado se ha agotado, lo que está llevando a un aumento en el uso de tarjetas de crédito y en la morosidad. La Reserva Federal ha mantenido los tipos de interés en su máximo en 23 años, entre el 5,25% y el 5,5%, con el objetivo de combatir la inflación y lograr la estabilidad de precios. A pesar de estos esfuerzos, la inflación sigue resistiéndose a moderarse, lo que ha llevado a la Fed a replantearse su estrategia y a considerar un recorte de tipos de interés antes de fin de año. Sin embargo, la incertidumbre persiste y el futuro de la economía estadounidense sigue siendo motivo de preocupación para analistas y ciudadanos por igual.