Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La informalidad, un obstáculo para todos Al analizar la situación económica del Perú, nos encontramos con una realidad alarmante: más del 70% de la economía del país se encuentra sumida en la informalidad, una cifra que contrasta drásticamente con la situación de naciones desarrolladas como Suiza, donde la informalidad apenas alcanza el 10%. Esta brecha evidencia el arduo trabajo de formalización que aún queda por delante en nuestro país, donde la informalidad se extiende de manera transversal a todos los sectores, incluyendo el comercio, el transporte, la agricultura y la minería, generando un impacto negativo en la economía, lo social y lo ambiental. La informalidad no solo representa un desorden en el sistema económico, sino que también conlleva consecuencias profundas que van más allá de lo meramente económico. Este fenómeno lleva a la ilegalidad en muchos casos, e incluso puede alimentar la delincuencia. Las actividades informales fuera del sistema no contribuyen a los ingresos fiscales, lo cual repercute directamente en la calidad de los servicios públicos y en la vida de la población en general. El marco normativo actual en el país ha contribuido a fomentar la informalidad, creando un ambiente que desfavorece a las empresas formales y a aquellas que buscan formalizarse. Incluso sectores como la minería se ven afectados por altos niveles de informalidad, que van de la mano con la presencia de delincuencia organizada y prácticas no reglamentadas que perjudican a la economía, al medio ambiente y a la sociedad en su conjunto. Aunque la Encuesta Permanente de Empleo Nacional (EPEN) reportó un descenso de la informalidad del 74% al 71% en el período 2022-2023, esta disminución no es motivo de celebración, ya que se debe, en gran medida, a la pérdida de más de 600 mil empleos en el sector informal durante dicho periodo. Esta situación deja en evidencia la precariedad laboral a la que se enfrentan miles de peruanos, quienes carecen de beneficios como CTS, gratificaciones, vacaciones remuneradas y aportes a un plan de jubilación. La informalidad se concentra principalmente en ciudades como Lima, Tacna, Arequipa, Puerto Maldonado y Pucallpa, lo cual resalta la necesidad urgente de implementar soluciones efectivas que impulsen la formalización y mejoren las condiciones laborales en todo el territorio nacional. Desde el sector empresarial se proponen diversas medidas, como la recuperación económica a través de la generación de nuevos empleos formales, la flexibilización de la legislación laboral con incentivos fiscales y administrativos que favorezcan la formalización, así como la atención prioritaria a la minería informal. Es fundamental que las decisiones gubernamentales y legislativas no contribuyan a incentivar la informalidad, sino que más bien promuevan la formalización y la creación de un entorno propicio para el desarrollo económico sostenible. La colaboración público-privada se vuelve indispensable en la implementación de programas de formalización que impulsen la competitividad laboral y contribuyan a la construcción de un país más justo y próspero para todos los peruanos. La cooperación internacional, a través de organismos como el Banco Mundial, puede ser clave en el diseño e implementación de políticas efectivas de formalización que han demostrado su eficacia en otros países. Es necesario que exista una voluntad política firme y decidida para abordar el problema de la informalidad con medidas concretas y bien planificadas, que involucren a todos los sectores de la sociedad y se enfoquen en la búsqueda de soluciones innovadoras que impulsen el desarrollo económico y social del país. El Perú no está solo en esta lucha contra la informalidad, y puede mirar hacia experiencias exitosas en otros países para aprender y adaptar estrategias que se ajusten a la realidad nacional. Solo a través de un esfuerzo conjunto y coordinado, con la participación activa de todos los actores involucrados, podremos avanzar hacia la construcción de un Perú más formal, equitativo y próspero para todos sus habitantes.