Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La inversión extranjera directa (IED) es un factor crucial para el crecimiento económico de los países, y su distribución en diferentes sectores puede ser determinante para el desarrollo sostenible a largo plazo. En los últimos años, se ha observado un cambio significativo en las preferencias de inversión, con un claro desplazamiento hacia el sector secundario en detrimento de los servicios. Según datos de las Naciones Unidas, en 2023 se registraron más de 18,000 proyectos de IED a nivel mundial, con una disminución del 2% en comparación con el año anterior. Lo más destacado fue el aumento de la intención de inversión en el sector secundario en un 7%, mientras que el sector terciario experimentó una contracción. Este cambio refleja una tendencia hacia la búsqueda de oportunidades en industrias relacionadas con la energía, la manufactura y la construcción. El sector primario, que incluye actividades como la agricultura y la ganadería, ha experimentado una disminución en su participación en la IED global, pasando de un 8% en 2022 a un 5% en 2023. En contraste, el sector secundario ha aumentado su importancia, representando ahora el 44% del total de inversiones extranjeras directas, frente al 37% del año anterior. Este cambio refleja la creciente demanda de productos manufacturados y servicios relacionados con la infraestructura y la tecnología. Las industrias más atractivas para la IED en la actualidad son aquellas relacionadas con la energía, la electrónica, la información, el automotor, la construcción, la siderurgia, el transporte y la industria química. Estos sectores ofrecen oportunidades de crecimiento y rentabilidad para los inversionistas extranjeros, y reflejan la importancia de la innovación y la diversificación en la economía global. En el caso de México, el país ha experimentado una contracción en la IED en los últimos años, especialmente en lo que respecta a la inversión en nuevos proyectos. Este fenómeno puede atribuirse en parte a la falta de políticas públicas orientadas al fomento de la inversión en sectores clave como la energía, la manufactura y la construcción. Para mantener su atractivo como destino de inversión extranjera, México deberá enfocarse en mejorar su infraestructura, fortalecer su marco regulatorio y promover la innovación en sectores estratégicos. En un contexto global marcado por la incertidumbre y la volatilidad económica, es fundamental que los países identifiquen las oportunidades y desafíos que presenta la IED en diferentes sectores. El sector secundario se perfila como un área de crecimiento potencial para atraer inversiones y promover el desarrollo económico a largo plazo. Es necesario que los gobiernos y los actores económicos trabajen en conjunto para aprovechar estas oportunidades y garantizar un crecimiento sostenible y equitativo para todos. En resumen, la distribución de la IED en los próximos años deberá enfocarse en sectores que impulsen la innovación, la diversificación económica y la creación de empleo. El mundo está cambiando, y los países que logren adaptarse a estas transformaciones serán los que lideren el camino hacia un futuro próspero y sostenible para todos.