Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Mayo está resultando ser un mes de contrastes en los mercados financieros, con un escenario que, si bien ha generado cierta estabilidad y optimismo, también ha despertado preocupaciones y expectativas en los inversionistas. Tras un abril marcado por la inestabilidad geopolítica y dudas sobre la esperada reducción de tipos de interés, este mes ha traído consigo un impulso positivo para los principales índices, alcanzando máximos históricos. A pesar de los temores iniciales, la guerra geopolítica no logró impactar significativamente en los precios del petróleo, manteniéndose en un rango de entre 80 y 90 dólares. Sin embargo, el crecimiento del PIB en Estados Unidos se desaceleró en el primer trimestre a un 1,6% interanual, mientras que la tasa de desempleo aumentó ligeramente en abril al 3,9%, principalmente debido al freno en el empleo público, lo que ha reavivado la amenaza de estanflación. En este contexto, Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (Fed), reconoció que la lucha contra la inflación está siendo más complicada de lo esperado, con un incremento del IPC del 3,4% en abril. A pesar de ello, la probabilidad de una recesión ha disminuido por cuarto mes consecutivo, y las expectativas de una reducción intensa de tipos han disminuido, con los inversores anticipando tan solo dos bajadas en 2024, comenzando en septiembre. En la eurozona, la inflación parece acercarse a la meta del 2%, y la presidenta del Banco Central Europeo (BCE) ha indicado que están preparados para una reducción de tipos en junio si los datos de inflación siguen siendo positivos. Sin embargo, países como Polonia, Hungría, Suiza, Chequia y Suecia han tomado la delantera en la reducción de tipos ante el temor de una mayor desaceleración económica. A pesar de las preocupaciones, los mercados financieros han reaccionado positivamente ante la posibilidad de una reducción de tipos, lo que ha impulsado los índices bursátiles en Europa y en Estados Unidos. El Eurostoxx 50, el Ibex 35, el Dax 40, el FTSE 100 y el CAC 40 han experimentado aumentos significativos en lo que va del año. Sin embargo, no solo la política monetaria define el panorama para los inversores. La ansiedad de los mercados se refleja en los futuros del índice VIX, que indican preocupación por las elecciones estadounidenses en noviembre y su impacto en la política fiscal. Tanto demócratas como republicanos plantean escenarios que generan incertidumbre, especialmente en temas económicos y comerciales. El oro, considerado un activo refugio, ha experimentado un aumento significativo en 2024, mientras que los bonos emergentes han sorprendido con una recuperación en mayo, impulsados por diversos factores como los precios altos de los carburantes y los paquetes de ayuda del FMI. En este juego de expectativas, se vislumbra un escenario desafiante en la batalla contra la inflación, donde el precio del dinero no necesariamente seguirá la trayectoria esperada. Los bancos centrales enfrentan la difícil tarea de equilibrar el crecimiento económico con la contención de la inflación, en un contexto global marcado por la incertidumbre y la volatilidad de los mercados.