Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La economía española se encuentra en un momento de sorprendente fortaleza, según las recientes previsiones de crecimiento presentadas por la Comisión Europea. Bruselas ha elevado cuatro décimas la previsión de crecimiento para España, situándola en un sólido 2,1%, en contraste con el comportamiento anémico del conjunto del Viejo Continente. Este aumento en las perspectivas económicas para España se debe en gran medida al inesperado impulso del mercado laboral español, que está sirviendo como combustible para la economía del país, colocándola en una posición destacada en la Unión Europea. Aunque las previsiones para España han mejorado significativamente para este año, la Comisión Europea ha rebajado ligeramente las expectativas para el próximo año, situando la actividad en un 1,9%. Sin embargo, estas cifras siguen siendo optimistas en comparación con las expectativas para el conjunto de la zona euro, donde se espera un crecimiento del PIB del 0,8%, el doble que el año anterior, y un pronóstico más alentador del 1,4% para 2025. El crecimiento económico español, impulsado por la demanda doméstica y la fortaleza del mercado laboral, ha llevado a una revisión al alza de las proyecciones económicas por parte de instituciones como el Fondo Monetario Internacional y el Banco de España. Los altos crecimientos registrados en los últimos trimestres han generado un efecto positivo en la economía, mejorando las expectativas para el país. El Gobierno español ha aprovechado estos datos para destacar la eficacia de su política económica, resaltando que el crecimiento de la economía española será casi tres veces superior al de la media de la zona euro. Esta fortaleza económica también se observa en otros países como Grecia, Portugal, Chipre e Italia, que han logrado recuperarse después de la crisis financiera de la pasada década. En contraste, la economía alemana, considerada la locomotora europea, apenas verá crecer su actividad este año, con un pronóstico del 0,1%. El estancamiento económico del país ha contribuido a moderar la inflación en la zona euro, que se espera que se sitúe en un 2,5% en 2024, frente al 5,4% del año anterior. La política monetaria restrictiva del Banco Central Europeo ha sido clave para controlar los precios, aunque ha tenido repercusiones en el crecimiento económico. Se espera que el BCE rebaje los tipos de interés en junio, lo que podría contribuir a impulsar la actividad económica en la región. Sin embargo, existen riesgos, especialmente relacionados con el repunte de la inflación en Estados Unidos, que podrían afectar las decisiones futuras del BCE. En general, se espera que la relajación de las condiciones del crédito y el desarrollo del fondo de recuperación impulsen la recuperación económica, aunque a un ritmo menor de lo previsto. La mejora del comercio global también se vislumbra como un factor positivo para el crecimiento económico en la región.