Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La jornada del Supermartes en Estados Unidos ha dejado en claro que los dos principales contendientes, Joe Biden y Donald Trump, se enfrentarán nuevamente en las elecciones presidenciales en noviembre. Sin embargo, ambos candidatos enfrentan desafíos significativos en su camino hacia la Casa Blanca. Por un lado, en el campo republicano, la exgobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, ha abandonado la contienda y, aunque no expresó un apoyo inmediato a Trump, su retirada allana el camino para que el actual presidente sea proclamado candidato republicano en la convención de julio. Sin embargo, existen divisiones dentro del partido, con un sector que considera que Trump no está preparado física ni mentalmente para un segundo mandato. En el caso de Biden, si bien ha logrado imponerse en la mayoría de los estados demócratas, enfrenta críticas por su política exterior, en particular por su apoyo a Israel durante el conflicto en la Franja de Gaza. El voto 'uncommitted' ha avanzado en su contra, lo que podría ser un obstáculo para movilizar a sus bases en las elecciones generales. El desafío para ambos candidatos radica en aglutinar a sus bases y superar las divisiones internas que han surgido durante las primarias. Biden necesita reconquistar al sector demócrata que se opone a la guerra en Gaza, mientras que Trump debe asegurarse de mantener el apoyo de sus seguidores más fieles, a pesar de los escándalos judiciales que lo rodean. En este contexto, el discurso del Estado de la Unión que pronunciará Biden resultará fundamental para marcar el tono de su campaña y abordar temas clave para los votantes. Asimismo, la estrategia de ataque de ambos candidatos será determinante para conquistar a los votantes indecisos. En definitiva, la carrera hacia la presidencia de Estados Unidos se presenta como un desafío complejo para Biden y Trump, quienes deberán sortear obstáculos internos y externos para llegar al Despacho Oval en noviembre.