Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La reciente semana ha sido intensa para el ámbito político y económico del Perú, en particular con la controversia centrada en la petrolera estatal Petro-Perú. Alfonso Bustamante, presidente de la Confiep, ha compartido su perspectiva sobre la situación actual de la empresa y la necesidad inminente de establecer una gobernanza adecuada para garantizar su funcionamiento y sostenibilidad. En una entrevista, Bustamante no solo abordó los posibles cambios en el directorio de Petro-Perú, sino que también enfatizó la importancia de tener un enfoque claro y comprometido por parte del gobierno. Desde el comienzo de la semana, la preocupación en torno a los rumores de cambio en el directorio de Petro-Perú era palpable. Bustamante mencionó que la Confiep, junto a otros gremios, no dudó en comunicarse con la presidenta de la República para expresar su inquietud. Petro-Perú, al ser una empresa de gran envergadura, tiene repercusiones que van más allá de lo meramente económico. "Cuando el Estado es accionista, algo que es de todos realmente no es de nadie", resaltó Bustamante, subrayando la necesidad de establecer reglas claras que faciliten el funcionamiento de la empresa. El presidente de Confiep también hizo énfasis en la reciente designación de un directorio técnico e independiente por parte del gobierno, resaltando que esta acción es un buen primer paso hacia la solución de los problemas que enfrenta Petro-Perú. Sin embargo, Bustamante considera que la falta de gobernanza ha sido un obstáculo significativo en el desarrollo de la refinería y otras iniciativas. "Nunca se hubiera hecho esta refinería si es que Petro-Perú hubiera tenido gobernanza", afirmó, alentando a los funcionarios a seguir trabajando en la reestructuración de la empresa. La incertidumbre en los cambios de directores se ha intensificado con las declaraciones contradictorias de los funcionarios gubernamentales. Bustamante señaló que, aunque el accionista tiene el derecho de remover miembros del directorio, es crucial que exista un plan coherente y un apoyo estructural para la reestructuración de la compañía. La propuesta de implementar un PMO (Project Management Office) fue presentada como una solución viable, sugiriendo que, al igual que en Colombia con Ecopetrol, esta estrategia podría ser la clave para la transformación de Petro-Perú. A pesar de la aparente acción positiva del gobierno, Bustamante se mostró cauteloso. Subrayó que es fundamental garantizar que cualquier nombramiento en el directorio sea de personas idóneas y competentes. La percepción de que la administración actual podría no ser capaz de manejar la situación de manera efectiva genera desconfianza en el sector privado. Las expectativas son altas y la presión sobre el gobierno para actuar de forma consistente y bien fundamentada es clara. Por otro lado, la necesidad de un pronunciamiento de la presidenta ha cobrado relevancia. Bustamante argumenta que un mensaje claro y tranquilizador de la jefa de Estado podría consolidar la confianza en el proceso de reestructuración de Petro-Perú, algo que es indispensable en un momento crítico para la empresa. Un pronunciamiento de este tipo no solo fortalecería la gobernanza, sino que también serviría para calmar las preocupaciones de los inversores y otras partes interesadas. La situación fiscal del país y la viabilidad de las inversiones en Petro-Perú no han pasado desapercibidas para Bustamante, quien destacó la necesidad de un plan de repago claro por parte del gobierno. El ministro de Economía, quien ha sido un pilar en la discusión sobre el déficit fiscal, se enfrenta a un reto considerable: equilibrar el crecimiento económico y la sostenibilidad fiscal. La complejidad de la situación actual exige acciones decisivas y coordinadas para evitar que se repitan errores del pasado, en donde las intervenciones estatal no siempre han resultado efectivas. El cambio de ministros, aunque parte de la prerrogativa del presidente, también ha generado debates en el ámbito empresarial. La permanencia de figuras cuestionadas en sus cargos ha suscitado interrogantes sobre la estrategia del gobierno, mientras que la salida de otros miembros del gabinete ha llamado la atención sobre la falta de continuidad en ciertas políticas. En este contexto, la Confiep ha destacado la importancia de una administración estable y coherente que priorice la inversión privada como motor del desarrollo. Finalmente, a puertas del APEC, Bustamante enfatizó la responsabilidad que tiene el país para presentar una imagen sólida ante la comunidad internacional. La seguridad jurídica y la confianza en el marco regulatorio son fundamentales para atraer inversiones. En tiempos de incertidumbre, la claridad y la estabilidad son los pilares que sostendrán el futuro de Petro-Perú y, por ende, el crecimiento económico del país. La esperanza reside en que el gobierno tome las decisiones acertadas y actúe de manera coordinada para sanar las heridas de una empresa que, a la vez, es un símbolo y un motor de la economía nacional.