Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La recaudación de impuestos en Perú experimentó una notable disminución del 3.5% durante el mes de julio, marcando la mayor caída en los últimos 15 meses. Este descenso plantea interrogantes sobre la salud económica del país y sobre la efectividad de las políticas fiscales implementadas hasta la fecha. Sin embargo, a pesar de esta caída a nivel general, se han observado incrementos significativos en algunos tributos específicos, especialmente aquellos pagados por los trabajadores. Luis Miguel Castilla, Ministro de Economía, se pronunció al respecto, señalando que "nos hemos demorado un poco en hacer política contracíclica", aludiendo a la necesidad de adoptar medidas más rápidas y efectivas para mitigar el impacto de la desaceleración económica. A pesar de la caída en la recaudación, Castilla aseguró que "no hay que entrar en pánico por un dato" y desmintió las afirmaciones de que el "milagro peruano" ha llegado a su fin. El panorama laboral, por otro lado, presenta una imagen más alentadora. En el último trimestre, se generaron 33,000 puestos de trabajo formales y 195,600 informales, lo que indica que el mercado laboral sigue mostrando signos de recuperación. Esta tendencia fue especialmente visible en las regiones de la costa, sierra norte y centro, así como en la selva, donde se registraron mejoras en las oportunidades de empleo. Desde una perspectiva macroeconómica, el crecimiento de la economía peruana fue del 2.62% en junio, y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) espera resultados aún mejores para el mes de julio. Este crecimiento se traduce en un incremento de S/ 35.8 en los ingresos por trabajo en los últimos 12 meses, lo que es una señal positiva para los trabajadores y sus familias. Sin embargo, la caída en la recaudación sugiere que el crecimiento económico no se está traduciendo de manera uniforme en los ingresos fiscales del país. En otro frente, la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (SUNAFIL) ha anunciado su ambición de quedarse con una parte de lo que recauda para cubrir sus propios costos operativos. Esta medida plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de las políticas de fiscalización y formalización del empleo en Perú, una cuestión crítica en un país donde la informalidad sigue siendo una de las principales problemáticas del mercado laboral. La SUNAFIL tiene como objetivo formalizar un total de 348,000 trabajadores durante el presente año, un esfuerzo que subraya la importancia de integrar a más ciudadanos en el sistema formal de empleo. Para lograrlo, planea incrementar su número de inspectores laborales en 225, alcanzando así un total de 1,000 inspectores para el 2024. Este esfuerzo es vital para combatir la informalidad y mejorar las condiciones laborales en el país. Hasta la fecha, la SUNAFIL ha llevado a cabo 45,520 inspecciones y ha impuesto un total de S/448'290,681 en multas en primera y segunda instancia. Estos esfuerzos son indicativos de una lucha activa contra la informalidad laboral, aunque la efectividad de estas acciones aún está por verse, especialmente en un contexto donde la informalidad es una realidad arraigada. Es evidente que, a medida que Perú enfrenta desafíos en su recaudación de impuestos, también debe abordar la cuestión de la formalización del empleo. La capacidad del país para recuperar y mantener un crecimiento sostenido dependerá en gran medida de su habilidad para equilibrar la carga fiscal con la creación de empleos formales que beneficien a todos los peruanos. En este contexto, es crucial que tanto el gobierno como las instituciones responsables de la fiscalización y la formalización del empleo trabajen de manera coordinada. La implementación de políticas contracíclicas efectivas, así como el fortalecimiento de la infraestructura laboral, serán esenciales para garantizar que el crecimiento económico no solo sea un fenómeno temporal, sino que se traduzca en beneficios duraderos para la población peruana. La atención a estos aspectos no solo impactará la recaudación fiscal, sino que también contribuirá a la estabilidad social y económica del país.