Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El primer ministro de India, Narendra Modi, inicia su tercer gobierno en el país, pero esta vez sin el aura de invencibilidad que solía rodearlo. Modi se ve obligado a gobernar en coalición, luego de que su partido, el Bharatiya Janata Party (BJP), perdiera la mayoría absoluta en las elecciones generales de abril y mayo, lo que representa un revés para el líder que había sido considerado imbatible. Tras jurar su cargo el domingo, Modi se enfrenta a un escenario inédito en una década, donde tanto él como su partido ya no parecen tener la supremacía que mostraron en elecciones anteriores. La coalición de Modi cuenta con 293 de los 543 escaños del Parlamento, lo que significa que necesita apoyo de partidos regionales para poder gobernar y enfrenta un escenario de alta incertidumbre política. A pesar de mantener resultados competitivos, el BJP ya no goza de la hegemonía que parecía haber alcanzado en años anteriores. La ideología nacionalista hindú del partido, conocida como hindutva, ha quedado en entredicho y se ve obligado a negociar y ceder ante los intereses de sus socios de coalición, algo poco habitual para la actual dirección del partido. El nacionalismo hindú, que fue una carta importante en las campañas electorales del BJP, parece haber perdido fuerza. La polarización religiosa promovida por Modi ya no tiene el mismo impacto que en el pasado, ya que los problemas cotidianos de la población, como el empleo, la vivienda y la nutrición, han cobrado mayor relevancia en la opinión pública. En cuanto a la economía, Modi ha logrado un crecimiento sin precedentes en India, pero la falta de empleo, los altos precios y la desigualdad económica han afectado su popularidad. A pesar de los aparentes éxitos económicos, la riqueza se concentra en sectores privilegiados de la población, mientras que la mayoría lucha por encontrar empleo decente y afrontar la inflación. India enfrenta el desafío de crear puestos de trabajo para su población joven, que constituye una parte importante de su demografía. La economía del país sigue basada en sectores poco productivos y no ha logrado desarrollar su industria manufacturera, lo que ha llevado a miles de jóvenes a migrar en busca de oportunidades laborales. En este contexto, Modi deberá enfrentar múltiples retos durante su tercer mandato, incluyendo la necesidad de estabilizar la economía, generar empleo y reducir la desigualdad. La coalición que lo respalda también jugará un papel crucial en la gobernabilidad del país, lo que plantea un futuro incierto para el primer ministro y su partido en India.