
Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.




En una escalada significativa de las tensiones políticas en Nepal, una coalición de líderes de la sociedad civil ha condenado públicamente al ex rey Gyanendra Shah por su reciente incursión en la política, la cual argumentan es un intento directo de reinstaurar la monarquía. En un comunicado conjunto emitido el lunes 24 de marzo, afirmaron que las acciones de Gyanendra no solo amenazan el tejido democrático de Nepal, sino que también parecen estar respaldadas por el apoyo de fundamentalistas religiosos en India. El grupo, compuesto por ocho destacados activistas y expertos legales, expresó sus preocupaciones sobre el creciente activismo político de Gyanendra, sugiriendo que socava los principios fundamentales de la nación consagrados en la Constitución. Argumentan que sus esfuerzos podrían llevar a una peligrosa desestabilización de Nepal, particularmente en un momento en que el país navega por complejos desafíos geopolíticos. “El descenso de Gyanendra Shah al activismo político socava los esfuerzos de construcción nacional de sus antepasados”, declararon los líderes. Enfatizaron que cualquier intento de reinstaurar la monarquía contradice los pilares constitucionalmente establecidos de la nación: república democrática, federalismo y secularismo. Los activistas advirtieron que alterar estos pilares podría llevar a la confusión, inestabilidad política y un posible declive económico, poniendo en riesgo aún más la posición de Nepal en el escenario mundial. El comunicado acusó específicamente a Gyanendra de hacer lobby a figuras políticas indias para recuperar su trono, mencionando los pasados respaldos públicos del Ministro Jefe de Uttar Pradesh, Yogi Adityanath, a un regreso a la monarquía. Esta alineación con sentimientos nacionalistas hindúes suscita preocupaciones entre los ciudadanos nepaleses sobre las implicaciones para su soberanía y autonomía, particularmente a la luz de las tensiones históricas entre Nepal y su vecino del sur. Los sentimientos pro-monárquicos han resurgido tras los comentarios de Gyanendra en el Día de la Democracia en febrero, cuando afirmó la necesidad de unidad y responsabilidad nacional. En respuesta, han comenzado a surgir manifestaciones en Katmandú y otras regiones, con manifestantes pidiendo la restauración de la monarquía que fue oficialmente abolida en 2008 tras una guerra civil de una década. Los activistas subrayaron que si Gyanendra hubiera optado por abstenerse de maniobras políticas, la monarquía podría haberse preservado en un papel ceremonial y digno dentro del marco constitucional. En cambio, creen que sus ambiciones políticas han alterado irrevocablemente esa posibilidad, incitando una reacción de una población que ha abrazado en gran medida el gobierno republicano. A medida que el panorama político en Nepal se vuelve cada vez más tenso, el resultado de las acciones de Gyanendra sigue siendo incierto. El impulso del ex rey por una monarquía en medio del creciente apoyo de grupos nacionalistas plantea una amenaza única para la frágil democracia de Nepal, avivando un debate renovado sobre la futura identidad y gobernanza de la nación. El comunicado de la coalición de la sociedad civil refleja un sentimiento más amplio de que el camino a seguir debe priorizar los valores democráticos y la unidad nacional sobre los nostálgicos llamados a una era pasada.