Crisis sanitaria en Ucrania: el sacrificio del personal médico en tiempos de guerra

Crisis sanitaria en Ucrania: el sacrificio del personal médico en tiempos de guerra

La sanidad en Ucrania enfrenta crisis tras la guerra, con ataques a hospitales y escasez de personal, poniendo en riesgo la salud de millones.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Salud

La situación del sistema sanitario en Ucrania se ha convertido en un tema de preocupación global tras más de tres años de conflicto armado que han asediado al país. A medida que la guerra se ha intensificado desde la invasión rusa en febrero de 2022, el sector salud ha enfrentado desafíos sin precedentes, los cuales han puesto en jaque la capacidad de atención médica para millones de ciudadanos ucranianos. La historia de la doctora Lesia Lysytsia, quien trabaja en el hospital infantil Okhmatdyt de Kiev, es un reflejo de la resiliencia y el sacrificio del personal médico en medio del caos. El 8 de julio del año pasado, mientras preparaba a un paciente para una operación de cáncer ocular, las alarmas de ataque aéreo comenzaron a sonar. Ignorando el peligro inminente, Lysytsia continuó con su labor, un acto que, aunque peligroso, ilustra la dedicación del personal médico. Sin embargo, el ataque fue devastador: un misil alcanzó el hospital, provocando la muerte de tres personas y numerosas heridas, desnudando la realidad de un sistema que ya se encontraba al borde de la saturación. Desde el comienzo de la guerra, el sistema sanitario ucraniano ha sido sometido a una prueba extrema. Expertos en salud pública afirman que, a pesar de las reformas implementadas en 2017 para modernizar el sistema y aumentar el acceso a tratamientos médicos, la guerra ha llevado a nuevas crisis. Eric Adrien, de la Comisión Europea, subraya que "ningún sistema sanitario del mundo está preparado para una guerra a gran escala". Las condiciones son particularmente críticas en las regiones del este, donde los ataques son más frecuentes y el acceso a la atención se ha vuelto una quimera. Las estadísticas son alarmantes. Desde 2022, se han registrado más de 1,760 ataques contra hospitales y clínicas, lo que ha llevado a una creciente escasez de personal médico y a la limitación de los servicios básicos. La Organización Mundial de la Salud ha advertido sobre el riesgo de enfermedades infecciosas que se propagan debido a la destrucción de la infraestructura sanitaria y la falta de recursos. En este escenario, el tratamiento de enfermedades crónicas, como el cáncer, se ha vuelto cada vez más difícil para los pacientes. La situación es especialmente desoladora para los niños, quienes, además de enfrentarse a la privación de atención médica adecuada, también son víctimas directas de la guerra. Según informes, los hospitales infantiles han sufrido daños significativos, y muchos padres deben lidiar con la angustia de tener que buscar atención médica en ambientes hostiles. Inna Ivanenko, directora ejecutiva del grupo de defensa de pacientes en Ucrania, ha descrito el impacto de estos ataques en la población infantil como devastador. A medida que los médicos intentan adaptarse al nuevo entorno de trabajo, enfrentan un aumento de los trastornos de salud mental. Más del 30% de los hogares informan sufrir de estrés psicológico grave. La Dra. Halyna Skipalska, de la Fundación Ucraniana para la Salud Pública, advierte que los problemas de salud mental pueden llevar a consecuencias fatales si no se abordan adecuadamente. El sistema de salud se encuentra en una encrucijada, donde cada día supone un reto mayor para los profesionales que permanecen en el país. La escasez de personal médico también es una preocupación creciente. Muchos médicos han huido al extranjero en busca de seguridad, mientras que otros han muerto o se han enlistado en las fuerzas armadas. A pesar de que en las grandes ciudades hay médicos disponibles, la atención en las zonas de guerra y en los territorios ocupados se ha vuelto cada vez más escasa. La falta de personal especializado ha profundizado la crisis, poniendo en riesgo la vida de aquellos que requieren atención urgente. En este contexto, la comunidad internacional ha jugado un papel crucial en el apoyo al sistema sanitario ucraniano. Sin embargo, los expertos advierten que la ayuda no será suficiente si la guerra continúa. La financiación se ha vuelto esencial, pero también lo es la construcción de un sistema sanitario que pueda resistir los embates de un conflicto prolongado. La experiencia de Lysytsia y otros médicos que trabajan incansablemente en hospitales de zonas de guerra es un testimonio de la determinación del pueblo ucraniano por mantener su sistema de salud en pie. El futuro del sistema sanitario ucraniano es incierto, y el camino hacia la recuperación será largo y complicado. La necesidad de atención médica sigue siendo desesperada, y los desafíos que enfrenta no son solo logísticos, sino también emocionales y psicológicos. La historia de Ucrania es la de un pueblo que lucha por sobrevivir, y su sistema de salud, aunque herido, permanece como un pilar fundamental en esa lucha. La esperanza persiste, pero también la necesidad de acción y compromiso de la comunidad global para ayudar a Ucrania a salir adelante en este momento crítico.

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