Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En una reciente rueda de prensa, el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, presentó la estrategia de financiación del Tesoro para el año 2025, la cual está marcada por un aumento significativo de las necesidades de financiación, que ascenderán a 60.000 millones de euros. Este incremento responde a la imperiosa necesidad de hacer frente a las consecuencias económicas derivadas de la DANA, un fenómeno que ha impactado severamente a diversas regiones del país. Cuerpo enfatizó que el Gobierno está comprometido a proporcionar el apoyo necesario para la reconstrucción y revitalización de las áreas afectadas. El ministro señaló que, a pesar de este aumento, la estrategia de financiación se mantendrá fundamentada en la prudencia y flexibilidad, garantizando que se pueda reaccionar ante cualquier contingencia financiera que pudiera surgir en el futuro. "Contamos con una nueva estrategia de financiación que es tanto prudente como flexible; esto nos permitirá abordar las emergencias que el Gobierno está gestionando en respuesta a la DANA", afirmó Cuerpo durante su intervención. Cuerpo resaltó que el robusto crecimiento económico del país, combinado con una política económica y financiera cautelosa, ha facilitado un acceso sólido a los mercados de capitales. Esta situación ha permitido reducir los costos de intereses y mitigar el impacto de la subida de los tipos de interés, lo que ha generado un alto nivel de confianza tanto de inversores domésticos como extranjeros en la economía española y en la emisión de deuda del Tesoro. La estrategia de financiación para 2025 contempla una emisión bruta de deuda que ascenderá a 278.448 millones de euros, lo que representa un aumento del 7,4% respecto al año anterior. Este incremento se debe, en gran parte, al mayor volumen de amortizaciones y un leve aumento en las emisiones netas. Cuerpo explicó que la mayor parte de estas emisiones se llevará a cabo a medio y largo plazo, lo que contribuirá a mantener la vida media de la cartera en un plazo aproximado de ocho años. El ministro también indicó que se prevé que 5.000 millones de euros de estas emisiones se destinen a letras del Tesoro, con el objetivo de seguir proporcionando liquidez en un contexto donde la demanda por estos instrumentos se mantiene elevada. "Esta elevada vida media de la deuda en circulación ha permitido mitigar los efectos de la subida de los tipos de interés, de manera que el costo medio de la deuda ha aumentado solo 57 puntos básicos desde su mínimo histórico en 2021", agregó Cuerpo. El programa de financiación del Tesoro para el próximo año incluirá un total de 48 subastas ordinarias de letras, bonos y obligaciones. Además, se recurrirá nuevamente a pujas sindicadas, lo que permitirá diversificar aún más la base inversora. La estrategia también contempla la emisión de bonos verdes como un componente estructural del programa, lo que refuerza el compromiso del Gobierno con las finanzas sostenibles. Con respecto a los bonos verdes, el Tesoro continuará realizando reaperturas del bono emitido en 2021, con la intención de alcanzar en el futuro un volumen que sea comparable al de otras referencias en la curva de deuda del organismo. Este esfuerzo no solo busca diversificar la financiación, sino también contribuir a la financiación de proyectos enfocados en la transición ecológica. Además, el Ministerio de Economía anunció que al igual que en años anteriores, en 2025 se seguirán recibiendo desembolsos significativos del Plan de Recuperación, que incluirán por primera vez importes considerables de préstamos. Estos préstamos estarán vinculados al cumplimiento de los hitos y objetivos acordados en el Plan, lo que refleja la continua apuesta del Gobierno por la recuperación económica y el desarrollo sostenible. En resumen, la estrategia de financiación del Tesoro para 2025 se presenta como un plan ambicioso y flexible, diseñado para abordar tanto las repercusiones de la DANA como para mantener la estabilidad y confianza en la economía española. Con un enfoque en la sostenibilidad y una gestión prudente de la deuda, el Gobierno se prepara para afrontar los desafíos que vengan en los próximos años.