Desastres en Lobitos y Breña: Urgente necesidad de protección y compensación comunitaria

Desastres en Lobitos y Breña: Urgente necesidad de protección y compensación comunitaria

El fin de año trae tragedias en Lobitos y Breña, donde pescadores y familias sufren daños. Se necesita acción urgente y responsabilidades claras.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, Central Hidro

La llegada del fin de año, una época marcada por celebraciones y esperanza, también trae consigo una serie de situaciones trágicas que nos recuerdan la vulnerabilidad de nuestras comunidades. En recientes eventos en Lobitos y Breña, la pregunta que nos surge es: ¿estamos realmente protegiendo a nuestros vecinos? Los casos de los pescadores artesanales en Lobitos y las familias afectadas por un incendio en Breña nos muestran que, a menudo, los daños son sufridos por quienes no cometieron errores, pero que se ven atrapados por la irresponsabilidad ajena. En Lobitos, el derrame de petróleo ocasionado por Petroperú ha llevado a los pescadores artesanales a una crisis sin precedentes. Las playas, que antes eran el hogar de un próspero medio de vida, ahora están contaminadas, y no solo los pescadores sienten el impacto. El turismo, un sector que podría haber proporcionado ingresos adicionales a la comunidad, también se ha visto gravemente afectado. La situación es alarmante, y es urgente que se tomen medidas para indemnizar adecuadamente a las víctimas de este desastre ecológico. La compensación por el lucro cesante es un aspecto crucial en este contexto. Para que los pescadores afectados puedan recuperarse, es fundamental establecer un registro claro de sus actividades y un cálculo preciso de los ingresos que han dejado de percibir. Este registro no solo facilitaría el acceso a una indemnización justa, sino que también aseguraría que la reparación se realice de manera oportuna. No se puede permitir que la inacción ante el desastre se convierta en un nuevo golpe para quienes ya están sufriendo. Petroperú, como responsable del derrame, tiene dos caminos a seguir. Puede optar por utilizar sus recursos propios para cubrir los daños, una opción que, aunque válida, plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de sus finanzas públicas. La alternativa, activar una póliza de responsabilidad civil contra terceros, puede ser más eficiente y menos gravosa para la empresa, aunque esto dependerá de la voluntad de la compañía para actuar con responsabilidad y celeridad. Por otro lado, la tragedia en Breña pone de manifiesto una realidad igualmente preocupante. Las veinte familias que perdieron sus hogares en un incendio provocado por un local vecino se encuentran en una situación de extrema vulnerabilidad. A diferencia del caso de Lobitos, aquí la falta de un mecanismo de compensación adecuado complica aún más la recuperación de estas familias. Sin un seguro de responsabilidad civil que obligue a los negocios a cubrir daños a terceros, la única opción que les queda es esperar a que los responsables decidan actuar, lo que puede llevar años. La ausencia de una normativa que obligue a los locales comerciales a contar con pólizas de responsabilidad civil es una omisión que no podemos seguir ignorando. La diferencia que esto haría en situaciones como las de Lobitos y Breña sería notable. Las estaciones de gasolina, por ejemplo, son obligadas a tener este tipo de seguros debido al alto riesgo que representan, pero este requisito debería extenderse a otros negocios que también pueden ser peligrosos para sus vecinos. Es fundamental que, como sociedad, empecemos a pensar en la responsabilidad que tienen las empresas no solo con sus clientes, sino con el entorno en el que operan. La rentabilidad no debe estar por encima del bienestar de la comunidad. Las empresas deben ser conscientes de que sus acciones pueden tener repercusiones directas en la vida de sus vecinos, y actuar con la debida diligencia es un deber ético y social. La recuperación de las comunidades afectadas por estos desastres no debe ser un proceso largo y doloroso. Necesitamos un marco legal que garantice la protección de los derechos de quienes sufren las consecuencias de estas tragedias. La implementación de pólizas de responsabilidad civil obligatorias podría ser un primer paso para cerrar esta brecha. En estos momentos, los pescadores de Lobitos y las familias de Breña necesitan más que palabras de solidaridad; requieren acciones concretas que aseguren su bienestar en el presente y el futuro. Como sociedad, debemos exigir que se tomen medidas efectivas para proteger a nuestros vecinos y garantizar que incidentes como estos no se repitan. La protección de nuestras comunidades es responsabilidad de todos, y es hora de que actuemos en consecuencia.

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