Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
A medida que Ghana se prepara para sus elecciones presidenciales y parlamentarias, la turbulencia económica que ha afectado a la nación durante el último año se cierne sobre el concurso. Con la mala gestión del gobierno de la economía, que ha llevado a una inflación descontrolada, devaluación de la moneda y dificultades generalizadas, los votantes son muy conscientes de lo que está en juego. Entre los candidatos que compiten por la presidencia, Mahamudu Bawumia, del gobernante Partido Nueva Patriótica (NPP), enfrenta una batalla difícil para convencer al electorado de su capacidad para restaurar la prosperidad económica. Una vez considerado un faro de esperanza con el título de "genio económico", la reputación de Bawumia ha sufrido un golpe significativo en medio del caos financiero. El economista formado en Oxford, que preside el equipo de gestión económica del gobierno, ahora lidia con la percepción de que no ha podido revertir una economía enferma que incumplió con los pagos de deuda y vio caer su calificación crediticia a nivel de chatarra. En contraste, el ex presidente John Mahama del Congreso Nacional Democrático (NDC) está aprovechando el descontento actual en un intento por recuperar la presidencia. El lema de la campaña de Mahama promete una "economía de 24 horas", que busca estimular el crecimiento y crear empleos en un país donde el desempleo juvenil se sitúa en un impresionante 14%. Su visión busca inspirar esperanza entre los ghaneses como Nathaniel Qainoo, un contador de 29 años convertido en mecánico, quien se ha convertido en un símbolo de una generación desilusionada por la falta de oportunidades laborales y las dificultades provocadas por la mala gestión económica. La historia personal de Qainoo refleja el sentimiento más amplio entre los jóvenes ghaneses, que constituyen casi el 40% de la población según el censo de 2021, quienes consideran cada vez más la emigración en busca de mejores perspectivas en el extranjero. "Me gustaría dejar el país, salir, vivir mejor, trabajar más duro", expresó, resonando las frustraciones de muchos en su demografía que han sido testigos de la erosión de sus sueños en medio del aumento del costo de vida y las perspectivas económicas en disminución. Si bien la comisión electoral se mantiene optimista sobre la participación de los votantes, la apatía entre algunos sectores de la población, particularmente entre los jóvenes, plantea preguntas sobre la efectividad del discurso político en torno a las próximas elecciones. Muchos, como Qainoo, se sienten desencantados con un sistema político que creen que ha fallado en atender sus necesidades y aspiraciones. Con Bawumia promoviendo una visión de "economía digital" centrada en el avance tecnológico y la innovación, el desafío sigue siendo si podrá comunicar efectivamente esta visión a una población que lidia con una angustia económica inmediata. A medida que se acerca el día de las elecciones, es evidente que los ghaneses no solo buscan promesas de un futuro mejor, sino soluciones tangibles a los desafíos apremiantes que enfrentan hoy. A medida que la nación se encuentra en una encrucijada, el resultado de estas elecciones no solo determinará al próximo líder, sino que también dictará la dirección de la recuperación económica de Ghana. Las esperanzas y temores de sus ciudadanos son palpables, y ambos candidatos tendrán que navegar cuidadosamente estos sentimientos para asegurar un mandato de cambio. Si Bawumia podrá desprenderse de las sombras de los fracasos de su administración o si Mahama podrá recuperar la confianza de los votantes, sigue por verse, pero la crisis económica seguramente será un factor decisivo en la configuración del paisaje político de Ghana en los próximos días.