Las pymes en España enfrentan una burocracia ahogante que frena su crecimiento

Las pymes en España enfrentan una burocracia ahogante que frena su crecimiento

Las pymes en España enfrentan una carga burocrática abrumadora, lo que dificulta su crecimiento y sobreviven en un entorno normativo complejo.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, Central Hidro

La realidad cotidiana de las pequeñas y medianas empresas (pymes) en España se encuentra marcada por una batalla constante contra una burocracia que, en muchas ocasiones, parece ahogar su capacidad de crecimiento y supervivencia. Desde los asesores legales que día a día ayudan a estas empresas a cumplir con sus obligaciones normativas, se percibe una clara sensación de que la carga regulatoria es desmesurada. Este fenómeno es especialmente evidente en un contexto en el que los recursos, tanto financieros como humanos, suelen ser limitados, lo que convierte el cumplimiento normativo en un desafío monumental. Ricard Gené, socio del bufete La Guard, resalta que cada vez más empresas se ven tentadas a ignorar las regulaciones, una decisión que podría acarrear serias consecuencias. "Es tremendo. No tienen ni los medios económicos ni humanos para hacerlo y se exponen a multas", explica Gené, quien critica la falta de una categorización adecuada que ajuste las obligaciones legales a las distintas realidades de las pymes, que representan cerca del 90% del tejido empresarial en España. Esto plantea un dilema: ¿cómo pueden estas empresas prosperar cuando se ven obligadas a navegar en un mar de normativas complejas y cambiantes? Las regulaciones fiscal y laboral son, sin duda, las más impactantes para las pymes. Ambas normativas se aplican de manera inmediata a prácticamente todas las empresas, lo que genera un incremento en las exigencias que deben cumplir. Las pymes, además de gestionar sus operaciones diarias, deben llevar registros laborales, implementar planes de igualdad, garantizar la prevención de riesgos laborales, y cumplir con normativas de protección de datos, entre otras obligaciones. Para muchas, este conjunto de requisitos resulta abrumador, especialmente en un sector donde la rentabilidad es una lucha constante. El impacto psicológico de esta carga normativa es palpable. Javier Berrocal, socio de Santiago Mediano Abogados, señala que el cumplimiento de las regulaciones laborales está generando un creciente nivel de tensión entre los empresarios. "El cumplimiento normativo laboral es cada vez más exigente y la Inspección de Trabajo está ahí", afirma Berrocal, quien advierte que un error puede desencadenar consecuencias económicas inmediatas. Esto contrasta fuertemente con la capacidad de las grandes corporaciones, que pueden afrontar estos desafíos con mayor facilidad. En este panorama complejo, los empresarios se ven forzados a profesionalizarse, a optimizar cada área de su negocio y a manejar presupuestos de manera rigurosa. Rafael Viñals, de GRA Consultores, enfatiza que la externalización de las actividades de cumplimiento normativo podría ser una solución viable para aliviar esta presión. Sin embargo, reconoce que esta opción puede ser complicada para aquellos que apenas logran sacar adelante su negocio en un entorno adverso. La percepción general entre los empresarios es que las nuevas regulaciones son más bien obstáculos que facilidades para el desarrollo de su actividad. A pesar de esta resistencia inicial, muchos optan por cumplir con las normativas, conscientes de que hacerlo es parte del juego. Sin embargo, el riesgo de intentar manejar estos controles internamente puede resultar en sanciones y complicaciones legales. La carga regulatoria también repercute en las decisiones estratégicas de crecimiento de las pymes. Berrocal menciona que muchos empresarios que contemplan ampliar su plantilla se muestran reticentes a dar el paso por miedo a las nuevas obligaciones que conlleva superar un umbral de trabajadores. Este fenómeno es especialmente notorio en sectores donde la presión normativa es mayor, como el agrícola, lo que contribuye a una parálisis en el crecimiento de estas empresas. A esto se suma un hecho preocupante: la falta de recursos en la Administración Pública, que a menudo obliga a las pymes a asumir funciones de autocontrol que deberían estar a cargo del Estado. "La Administración te dice que como no incurras en ese coste para controlar tu propia actividad, te sanciona", afirma Berrocal, lo que empeora la situación económica de estas empresas. Los expertos coinciden en que es necesario simplificar el marco regulatorio y ser más sensibles a la realidad de las pymes. La intención no es eliminar el control, sino racionalizarlo para que no se convierta en un freno para el crecimiento. Las autoridades deben tomar conciencia del problema y trabajar en una normativa más unificada que reduzca las cargas administrativas y facilite el crecimiento de las pymes. Los pequeños empresarios, que a menudo carecen de los recursos necesarios para llevar a cabo un control normativo exhaustivo, se encuentran en una encrucijada. La solución parece requerir un enfoque colaborativo entre la Administración y el tejido empresarial, donde ambos actores trabajen de la mano para crear un entorno propicio que permita a las pymes no solo sobrevivir, sino también prosperar en el futuro.

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