Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La transformación digital se ha convertido en un imperativo para las industrias de todo el mundo, especialmente para aquellas que operan en sectores tan fundamentales como el minero y energético. Estos sectores no solo son pilares de la economía global, sino que también tienen un impacto directo en el desarrollo de comunidades locales, fomentando la localización de actividades industriales que contribuyen al crecimiento económico en áreas a menudo olvidadas por las grandes iniciativas de desarrollo. Sin embargo, el camino hacia la digitalización no está exento de desafíos, y uno de los más significativos es la conectividad. La ubicación remota de muchas operaciones mineras y energéticas presenta un obstáculo considerable para la implementación de nuevas tecnologías digitales. Estas industrias a menudo se encuentran en zonas donde la infraestructura de conectividad es limitada, lo que dificulta el acceso a las herramientas necesarias para una transformación digital efectiva. Sin embargo, la necesidad de contar con una conectividad robusta no puede subestimarse, ya que esta es fundamental para el funcionamiento eficiente de las operaciones en un contexto donde la innovación y la eficiencia son claves. Harold Villalta, Ingeniero de Preventa de InterNexa, enfatiza la importancia de desarrollar una infraestructura sólida que proporcione servicios de conectividad de alto ancho de banda. "Esto juega un papel crítico para impulsar la innovación y la eficiencia de estos rubros", señala. La minería 4.0, por ejemplo, se basa en la digitalización y automatización de sus procesos productivos, mientras que la transición energética demanda cambios en modelos de producción, transmisión y consumo de energía, todo ello con el fin de mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero. Villalta añade que la conectividad debe ser más que un mero servicio; debe ser disponible, estable, segura y flexible. En un sector donde la manipulación de información es crucial, la capacidad de gestionar operaciones tanto locales como remotas depende en gran medida de una conectividad eficiente. El ingeniero resalta que la infraestructura de fibra óptica es una de las soluciones más efectivas, ya que ofrece caminos múltiples en las líneas de transmisión eléctrica, lo que garantiza una continuidad de servicio esencial para las operaciones mineras y energéticas. A medida que las empresas avanzan en su proceso de digitalización, también deben considerar la necesidad de personalización en sus soluciones de conectividad. Existen alternativas innovadoras, como los "saltos de red" y los servicios de "teleprotecciones", que han sido diseñados específicamente por expertos en el sector para satisfacer las necesidades particulares de cada empresa. Estas soluciones no solo mejoran la comunicación y el intercambio de datos, sino que también permiten la implementación de tecnologías avanzadas que optimizan las operaciones en todos los niveles. La intersección entre conectividad y transformación digital es especialmente relevante en el contexto actual, donde la eficiencia operativa y la sostenibilidad son factores decisivos. La capacidad de las empresas para adaptarse a las nuevas exigencias del mercado dependerá de su habilidad para integrar tecnologías digitales en sus procesos, lo que a su vez está intrínsecamente ligado a la calidad de la conectividad que puedan garantizar. Además, en el ámbito de la sostenibilidad, una infraestructura conectada permite un monitoreo más riguroso de las operaciones, reduciendo el impacto ambiental y asegurando que las actividades mineras y energéticas se realicen de manera responsable. Esto no solo es importante para cumplir con normativas ambientales, sino que también responde a la creciente demanda social por prácticas empresariales responsables. La necesidad de avanzar hacia una infraestructura de conectividad más robusta no es solo una cuestión técnica; es también una cuestión de responsabilidad social. Al mejorar la conectividad, las empresas no solo optimizan sus operaciones, sino que también contribuyen al desarrollo de las comunidades donde operan, brindando oportunidades de empleo y mejorando las condiciones de vida de sus habitantes. En resumen, la conectividad emerge como un factor clave para la transformación digital en las industrias minera y energética. A medida que estas empresas buscan modernizar sus operaciones, la inversión en infraestructura de conectividad se convierte en un requisito ineludible. La capacidad de innovación, la eficiencia operativa y el cumplimiento de las normas de sostenibilidad dependen de una conectividad efectiva que, aunque desafiante de implementar en áreas remotas, es esencial para el futuro de estos sectores y el bienestar de las comunidades que dependen de ellos.