Debate sobre el sueldo mínimo en Perú: ¿mejoras laborales o riesgo para mypes?

Debate sobre el sueldo mínimo en Perú: ¿mejoras laborales o riesgo para mypes?

El debate sobre el aumento del sueldo mínimo en Perú enfrenta tensiones entre la necesidad de mejores salarios y la fragilidad de las mypes.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, Central Hidro

El debate sobre el aumento del sueldo mínimo ha resurgido con fuerza en los últimos tiempos, generando un choque de opiniones entre diferentes sectores de la sociedad. Mientras que muchos abogan por mejores condiciones laborales, la voz de las micro y pequeñas empresas (mypes) se alza como un recordatorio de la realidad económica que enfrenta el país. En Perú, las mypes son una parte fundamental del tejido empresarial, representando el 99.5% del total de empresas y empleando a cerca del 48.3% de la Población Económicamente Activa (PEA). Sin embargo, su situación es delicada y un aumento en el sueldo mínimo podría acentuar sus dificultades. En 2023, el panorama para las mypes ha sido sombrío. Aproximadamente 80,000 pequeñas empresas se han visto obligadas a cerrar, mientras que aquellas que han logrado mantenerse han sufrido una caída en sus ventas del 1.5% en comparación con el año anterior. Este retroceso se vuelve aún más alarmante si se considera que la caída desde 2019 es del 5%. En este contexto de precariedad, la propuesta de elevar el salario mínimo podría resultar en un aumento de los costos laborales, lo que, a su vez, podría obligar a muchas mypes a reducir su plantilla o, en el peor de los casos, a cerrar definitivamente. La informalidad es otro factor a considerar en este debate. En Perú, se estima que el 86.3% de las mypes operan en la informalidad, un fenómeno que se ha perpetuado, en parte, por la falta de incentivos para formalizarse. Un incremento en los costos operativos podría desincentivar aún más a las empresas a dar el paso hacia la formalización, lo que resultaría en un aumento de trabajadores desprotegidos y un mayor número de empleos precarios. El objetivo de mejorar las condiciones laborales puede, paradójicamente, tener el efecto contrario si no se considera el contexto en el que se encuentran las mypes. El perfil de los emprendedores también ofrece una perspectiva crucial. El 53.4% de los micro y pequeños empresarios iniciaron sus negocios por necesidad económica y no por oportunidad. Esto indica que muchos de ellos carecen de los recursos y capacidad financiera para enfrentar un aumento en los costos, lo que pone en riesgo la estabilidad de sus operaciones. Un incremento en el sueldo mínimo podría empujar a muchas de estas empresas a optar por la informalidad, un escenario que desvirtúa la intención de mejorar las condiciones laborales de los trabajadores. Más allá del aumento del sueldo mínimo, es esencial buscar alternativas que fomenten la formalización y la productividad de las mypes. Entre las medidas que podrían implementarse se encuentran la simplificación de trámites administrativos, facilitar el acceso a financiamiento y ofrecer capacitación empresarial. Estas iniciativas permitirían a las mypes crecer y, en consecuencia, ofrecer mejores condiciones laborales sin comprometer su sostenibilidad. El actual debate no puede centrarse únicamente en el aumento del sueldo mínimo como una solución mágica. Como lo afirmó recientemente un funcionario del gobierno, no se puede considerar que un incremento en el salario base automáticamente eleve el valor del trabajo. La productividad es la clave para mejorar las condiciones laborales, y para ello se requiere un enfoque más integral que considere el impacto de las políticas en todos los sectores de la economía. Los esfuerzos por elevar el sueldo mínimo en un momento en que las mypes están lidiando por sobrevivir pueden tener consecuencias desastrosas. Un enfoque más acertado sería concentrarse en fortalecer estas empresas, que son el verdadero motor de la economía peruana y el sustento de millones de familias. Proponer medidas que apunten a la mejora de la productividad y la formalización podría generar un impacto positivo en el empleo y en las condiciones laborales. Por lo tanto, es crucial que tanto los legisladores como la sociedad civil reflexionen sobre las implicaciones de un aumento en el sueldo mínimo. La intención de mejorar las condiciones de vida de los trabajadores no debe ser a costa de la estabilidad de las mypes. Un diálogo constructivo, que considere las realidades económicas y sociales del país, es fundamental para encontrar soluciones que beneficien tanto a empleadores como a empleados, y que realmente contribuyan a la mejora del bienestar general de la población.

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