Hitos económicos en Perú: modernización portuaria y cambios fiscales clave

El pasado 12 de agosto se registraron importantes hitos en diversos sectores económicos en Perú, según los informes de GESTIÓN. La noticia más destacada proviene del avance de las obras en el terminal de contenedores del Muelle Sur, que seguirá cambiando el panorama logístico del país. Según Ositran, se prevé que la reducción en los costos operativos equivalga a aproximadamente US$ 220 por contenedor, un cambio significativo que beneficia tanto a importadores como a exportadores. La modernización de este terminal no solo promete un ahorro en costos, sino que también se estima que el tráfico de naves aumentará en un 70%, alcanzando una movilización de 750 mil contenedores al año. La culminación de la primera etapa de estas obras está programada para abril del próximo año, momento en que el terminal podrá operar con dos naves simultáneamente. Con un avance del 46% en su construcción, este proyecto de DP World representa una inversión considerable en infraestructura que, sin duda, impactará en la competitividad del comercio exterior peruano. La modernización del terminal es un paso vital hacia la atracción de más comercio y la mejora de la logística en el país, un factor clave en el crecimiento económico. En el ámbito tributario, hace diez años, el 12 de agosto de 2014, la jefa de la Administración Tributaria, Tania Quispe, anunció que se reducirían a la mitad los productos que pagan el IGV adelantado. Esta medida beneficiaría a 5 mil medianos contribuyentes, quienes contarían con sectoristas para un seguimiento más cercano. Este cambio en la política fiscal refleja un intento por parte de la SUNAT de simplificar y hacer más accesible la carga tributaria para las empresas, especialmente en un contexto donde la minería, otrora pilar del ingreso tributario, ha visto caer su participación del 20% al 6% en la última década. Por otro lado, cinco años después, el 12 de agosto de 2019, Credicorp lanzó una advertencia sobre el incremento de la cautela en el sector bancario. La entidad financiera señaló que el deterioro de la cartera de colocaciones se estaba manifestando, sobre todo, en las tarjetas de crédito y en el financiamiento a pequeñas y medianas empresas. A pesar de este entorno desafiante, se proyectaba un dinamismo en la actividad de las pymes, lo que indica que, aunque los bancos ajustan sus políticas de crédito, las empresas pequeñas seguían encontrando formas de adaptarse y prosperar en un contexto de incertidumbre económica. Las fluctuaciones en la disponibilidad de crédito y el manejo de la deuda por parte de los consumidores y las empresas son indicativas de un ciclo económico en el que la precaución y la adaptabilidad son esenciales. Credicorp, con US$ 500 millones disponibles para adquisiciones, también sugirió que, a pesar de los desafíos, hay oportunidades de inversión que podrían ser clave para la reactivación de algunos sectores económicos. A medida que se retoman las obras en infraestructuras claves y se redefinen las políticas fiscales y crediticias, el Perú se encuentra en un punto de inflexión. La forma en que el país gestione estos cambios determinará su capacidad para adaptarse a un entorno global en constante evolución. Es evidente que el futuro del comercio y la economía dependerá de decisiones estratégicas que permitan un equilibrio entre el crecimiento y la sostenibilidad. En resumen, el 12 de agosto ha sido un día emblemático en la historia reciente de Perú, reflejando la evolución de su infraestructura, su política tributaria y el comportamiento del sector bancario. Las lecciones aprendidas de estos acontecimientos no solo son relevantes para los actores económicos del presente, sino también para las generaciones futuras que enfrentarán desafíos similares en un mundo en constante cambio. La historia económica del país continúa desarrollándose, y con cada paso, se acercan a un futuro más prometedor.