Desplome del peso mexicano y mercados emergentes por enfriamiento económico en EE.UU.

El lunes fue un día sombrío para los mercados emergentes, con un desplome de las acciones que refleja la creciente preocupación por un posible enfriamiento de la economía estadounidense. Este panorama no solo afectó a los índices bursátiles, sino que también provocó una significativa depreciación del peso mexicano, que se vio arrastrado por una ola de ventas masivas y un entorno global volátil. El índice de acciones de mercados emergentes cayó un 4.2%, marcando una de las peores caídas en dos días desde el inicio de la pandemia de COVID-19 en marzo de 2020. Las principales caídas fueron impulsadas por el hundimiento de las acciones tecnológicas en Taiwán y Corea del Sur, que lideraron el descenso en una jornada que dejó a muchos inversionistas inquietos. A pesar de que el índice MSCI de divisas de mercados en desarrollo cerró en alza gracias a las ganancias de algunas monedas asiáticas, el peso mexicano se vio atrapado en la tormenta. La divisa se depreció hasta un 5.4% en su punto más bajo del día, lo que marcó una tendencia alarmante para un país que depende de la estabilidad de su moneda para el comercio y la inversión. La reversión del carry trade, estrategia en la que los inversores financian posiciones de riesgo en países emergentes con dinero prestado en una moneda de bajo rendimiento como el yen japonés, ha jugado un papel crucial en esta debacle. Gabriela Siller, economista del Grupo Financiero Base de México, explicó que el cambio en la política monetaria de Japón fue el desencadenante de esta reacción en cadena, que se ha sentido especialmente en las monedas de América Latina, donde el peso ha sido uno de los más afectados. El real brasileño también experimentó dificultades, cayendo a niveles que no se veían desde marzo de 2021, aunque logró recuperar parte de su valor posteriormente. Sin embargo, la caída del peso mexicano fue más pronunciada, y su volatilidad implícita alcanzó máximos de más de tres años, lo que aleja a los inversores de las operaciones en esta moneda. Expertos como Christian Lawrence de Cooperatieve Rabobank indicaron que la venta de dólares por parte de corporaciones que utilizan pesos mexicanos tuvo un efecto estabilizador en un día caótico. Esto sugiere que, aunque el entorno es adverso, los actores del mercado están ajustando sus posiciones de manera estratégica en lugar de realizar movimientos desesperados. El impacto de la reciente ola de despidos en Estados Unidos, sumado al aumento del desempleo reportado el viernes, ha agregado presión sobre el peso mexicano, que ya enfrentaba vientos en contra. Francisco Campos, economista de Deutsche Bank, subrayó que el peso se está viendo afectado por un "doble golpe", ya que enfrenta tanto desafíos globales como idiosincráticos. La intervención reciente de las autoridades japonesas, que sorprendieron al mundo al aumentar las tasas de interés por primera vez en más de 15 años, ha exacerbado los movimientos en el mercado. Esta intervención ha llevado a los inversionistas a deshacerse de posiciones largas en el peso, elevando aún más la incertidumbre sobre su futuro inmediato. El panorama político en México también añade una capa de complejidad. Con la llegada de un nuevo parlamento en septiembre, existe preocupación sobre cómo las políticas de la nueva administración, liderada por Claudia Sheinbaum, podrían impactar la estabilidad del peso. Los temores sobre posibles reformas constitucionales han aumentado la volatilidad de la moneda. El presidente Andrés Manuel López Obrador ha defendido la fortaleza del peso durante su administración, pero la situación actual pone en duda esta narrativa. A pesar de las reservas internacionales récord que el país posee, la falta de impulso positivo a corto plazo sugiere que el peso podría seguir bajo presión en los próximos días. Aunque la situación es preocupante, algunos analistas, como Brad Bechtel de Jefferies, creen que las pérdidas podrían estar llegando a su fin. Sin embargo, la advertencia es clara: el entorno de mercado sigue siendo frágil y los inversionistas deben actuar con cautela ante un panorama que sigue cambiando rápidamente.