Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un contexto donde la agricultura enfrenta desafíos significativos debido al cambio climático y las plagas, el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) del Ministerio de Agricultura y Riego (Midagri) ha presentado avances notables en la mejora de la productividad agrícola en Perú. Con un incremento del 60% en las zonas de cultivo que cuentan con suelos de alta calidad, más de dos millones de pequeños y medianos agricultores se benefician de esta iniciativa, logrando un aumento del 70% en la producción de semillas certificadas. En una conferencia que marcó el Bicentésimo Tercer Aniversario de Independencia del país, Jorge Ganoza Roncal, jefe del INIA, destacó la importancia de este avance para el sector agrícola nacional. La transferencia de 200 variedades de cultivos con alto valor ha permitido diversificar y potenciar la producción agrícola en la costa, sierra y selva del Perú. Este esfuerzo no solo se traduce en una mayor diversidad de cultivos, sino también en una mejora significativa en la capacidad de los agricultores para enfrentar las adversidades climáticas y las amenazas biológicas. Las 200 parcelas demostrativas que el INIA ha establecido en diferentes regiones del país son un testimonio del compromiso de la institución con la innovación y la formación de los agricultores. Estas parcelas no solo sirven como punto de referencia para la implementación de técnicas avanzadas, sino que también son un campo de experimentación donde se promueven prácticas sostenibles y responsables en el manejo de los recursos naturales. La capacidad de los cultivos para tolerar plagas y enfermedades se ha visto reforzada gracias a estas iniciativas. Cultivos como la papa, el maíz, la quinua y el camu camu han demostrado ser más resistentes, lo que resulta en una producción más segura y sostenible. Esto es crucial para garantizar la seguridad alimentaria en un país donde una gran parte de la población depende de la agricultura para su subsistencia. Ganoza también subrayó la importancia de desarrollar cultivos con un alto contenido nutricional. Variedades que contienen elevados índices de vitaminas, minerales y antioxidantes no solo benefician a los agricultores mediante su competitividad en el mercado, sino que también contribuyen a mejorar la dieta de la población peruana. La salud de los consumidores es un aspecto que no se puede pasar por alto en el proceso productivo. La implementación de tecnologías avanzadas, como el uso de cámaras espectrales para el monitoreo de hectáreas, así como la producción de abono orgánico, son parte de la estrategia del INIA para fomentar prácticas agrícolas sostenibles. La recuperación de suelos degradados y el análisis físico y químico del suelo son otros de los pilares que permiten a los agricultores optimizar sus cultivos y maximizar su rendimiento. El INIA ha llevado a cabo diagnósticos sobre las necesidades de los productores agrarios, lo que ha permitido adaptar sus programas a la realidad de los agricultores. Esta atención personalizada, junto con las capacitaciones en buenas prácticas agrarias, contribuye a elevar el nivel de conocimiento entre los agricultores, permitiéndoles tomar decisiones informadas sobre sus cultivos. Entre las cadenas productivas que se están potenciando, el arroz, el frijol y la caña de azúcar se destacan como fundamentales para la economía local. La mejora en la producción de forraje no solo beneficia a los agricultores, sino que también tiene un impacto positivo en la mejora genética de los animales de cría, lo que resulta en una producción ganadera más robusta y eficiente. Finalmente, la implementación de una red de 15 laboratorios acreditados por INACAL para el análisis de aguas, suelos y foliares demuestra el compromiso del INIA por brindar a los productores las herramientas necesarias para evaluar la calidad de sus recursos. Al conocer el estado de su suelo, los agricultores pueden tomar decisiones más acertadas que les permitan optimizar su producción y, por ende, su calidad de vida. Con estas acciones, el INIA no solo se posiciona como un aliado estratégico de los pequeños y medianos agricultores, sino que también contribuye al desarrollo sostenible del sector agrícola en Perú, promoviendo un modelo que busca equilibrar la producción con la conservación del medio ambiente y el bienestar social.