La economía mexicana en desaceleración: incertidumbre y perspectivas a la baja

La economía mexicana en desaceleración: incertidumbre y perspectivas a la baja

La economía mexicana pierde velocidad, con pronósticos de crecimiento reducidos por expertos y el FMI. Desaceleración en consumo y empleo, inflación en alza y impacto de factores internos y externos generan incertidumbre. Panorama desafiante a corto plazo.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, Central Hidro

La economía en México pierde velocidad y abre una etapa de incertidumbre. Si bien el año pasado fue un periodo de buenas noticias en términos económicos, este año pinta de forma más sombría. Los últimos datos muestran que la economía mexicana está experimentando una desaceleración más profunda de lo esperado, lo que ha llevado a especialistas a reducir sus pronósticos de crecimiento para este año. Ni el aumento en el gasto gubernamental ni el de las campañas electorales fueron suficientes para mantener el ímpetu económico del país. El Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo por segunda ocasión su perspectiva de crecimiento para México, estableciendo ahora una expectativa del 2,2% para el cierre del año. Esta rebaja en las estimaciones también ha sido seguida por firmas de análisis y fondos de inversión, lo que aleja cada vez más la meta del Gobierno de un crecimiento del 2,5%. Esta desaceleración contrasta con el aumento del 3,2% registrado en 2023, evidenciando un cambio de ritmo en la economía mexicana. La producción manufacturera ha disminuido, al igual que el consumo, mientras que la creación de nuevos empleos formales se ha estancado. Se prevé que en la segunda mitad del año, la debilidad de la economía estadounidense y el proceso electoral en ese país se sumen a los factores que impactarán negativamente en la economía mexicana. Janneth Quiroz, directora de Análisis de Monex, menciona que se tenían grandes expectativas de un crecimiento robusto para este año, especialmente después del aumento en el gasto gubernamental y el periodo electoral en junio. Sin embargo, estos factores no lograron impulsar el consumo privado como se esperaba, lo que ha contribuido a la desaceleración económica actual. El Producto Interno Bruto (PIB) de México creció un 1,9% en el primer trimestre del año, en comparación con el mismo periodo del año anterior, según datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi). Esta cifra representa la sexta ralentización trimestral consecutiva, lo que ha sorprendido a analistas y expertos que anticipaban una mayor fortaleza en la primera mitad del año. En cuanto al empleo formal, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reportó un crecimiento interanual del 2% en junio, pero con una caída del 0,2% respecto al mes anterior. Esto confirma la expectativa de que el empleo formal seguirá desacelerándose, según el economista de BBVA, David Cervantes. Se espera una recuperación en el tercer trimestre, aunque a un ritmo más moderado en comparación con años anteriores, debido al escenario de menor crecimiento económico. El consumo ha experimentado una caída significativa en lo que va del año, atribuida en parte al incremento en los precios de frutas y verduras. La inflación general alcanzó un 4,98% en el último mes, su nivel más alto en años, lo que ha obligado a muchos mexicanos a ajustar sus hábitos de consumo. Detrás del aumento de precios se encuentra el impacto del mal clima, que provocó una sequía histórica y redujo la producción agrícola. Los precios de las frutas y verduras llevan siete meses creciendo a tasas de dos dígitos, y las recientes lluvias intensas e inundaciones podrían generar un nuevo choque en la oferta de estos productos. En la segunda mitad del año, el sector externo adquiere relevancia, ya que la desaceleración de la economía estadounidense ha comenzado a impactar la demanda de bienes mexicanos. A pesar de la expectativa de que empresas se relocalicen a México debido a las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, los inversionistas se encuentran en modo de espera debido a la incertidumbre generada por la retórica anti-México del candidato líder en las elecciones estadounidenses. En resumen, la economía mexicana enfrenta un panorama desafiante, con una desaceleración más marcada de lo previsto y una serie de factores internos y externos que podrían complicar su recuperación. La incertidumbre política y económica tanto a nivel nacional como internacional plantea retos para la toma de decisiones y la estabilidad económica a corto plazo en el país.

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