Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La economía mundial es un engranaje complejo donde cada movimiento en una de sus piezas repercute en el funcionamiento general. En este contexto, las proyecciones de crecimiento económico, las políticas monetarias de los bancos centrales y las decisiones geopolíticas son elementos clave que determinan el rumbo de los mercados y las economías nacionales. En este escenario, el banco Citi ha emitido un pronóstico que ha generado expectativas y reflexiones en diversos sectores. Según las estimaciones de Citi, la economía global experimentaría un crecimiento del 2.3% este año, tras haberse expandido un 2.7% en el 2023. A pesar de la incertidumbre geopolítica y tecnológica, así como los retos políticos a nivel local, se vislumbra un escenario "cautelosamente optimista" en el que se prevé una desaceleración gradual sin llegar a una recesión en el horizonte del 2024. Estas proyecciones, elaboradas por el economista jefe del Citi, Ernesto Revilla, dan luces sobre lo que podría esperarse en los próximos años. En el caso de Estados Unidos, se anticipa un crecimiento del 1.5% para este año, manteniéndose en ese nivel hasta el 2025. A pesar de tratarse de una desaceleración con respecto al 2.5% registrado en el 2023, se destaca que esta situación es parte de la normalización postpandemia y de los efectos de las tasas de interés. Por su parte, la Eurozona proyecta un crecimiento del 0.7% para este año, con un leve repunte hacia el 2025, alcanzando el 1%. Sin embargo, se señala que esta región se encuentra por debajo de su tendencia de crecimiento a largo plazo. En cuanto a China, se estima un crecimiento del 5% en el presente año, disminuyendo a un 4.6% para el 2025. El gigante asiático, que ha sido motor de la economía mundial en décadas pasadas, se encuentra en una fase de desaceleración gradual, alejándose de las tasas de crecimiento de dos dígitos que solía registrar. Estas previsiones tienen implicaciones directas en la economía global y en las estrategias de los países que mantienen relaciones comerciales con China. En el contexto latinoamericano, se proyecta un crecimiento del 2.2% para el presente año, descendiendo a un 1.8% en el 2025. En este sentido, se destaca que economías como Brasil y México, las más grandes de la región, influirán en la dirección del crecimiento, aunque se espera cierta variabilidad en el desempeño de los países andinos, que han enfrentado desafíos particulares en años anteriores. Sin embargo, el principal riesgo identificado para las economías de América Latina en lo que resta del año y el 2025 no proviene de factores internos, sino de la Reserva Federal de Estados Unidos. La política monetaria de la FED, especialmente en lo que respecta a las decisiones sobre las tasas de interés, tendrá un impacto significativo en la región. Es por ello que el pronóstico de Citi sobre tres recortes de tasas de interés por parte de la FED a partir de septiembre ha generado expectativas positivas. La desaceleración en la economía de Estados Unidos, impulsada por la inflación y las altas tasas de interés, ha llevado a Citi a anticipar un ciclo de recortes de tasas por parte de la FED. Se espera que estos recortes contribuyan a dinamizar la economía y a reducir la presión inflacionaria, lo cual tendría efectos benéficos en los países de América Latina. La posibilidad de que la FED realice tres recortes de 25 puntos básicos en la segunda mitad del año ha sido recibida con optimismo por parte de Citi, que considera que esta medida sería positiva para la región. En resumen, las proyecciones de Citi apuntan a un escenario de desaceleración controlada a nivel global, con impactos variados en las economías regionales. La atención se centra en las decisiones de la Reserva Federal de Estados Unidos y en cómo estas podrían influir en el rumbo de la economía mundial en los próximos años. Ante este panorama, la cautela y la anticipación se convierten en elementos clave para navegar un entorno económico global en constante evolución.