Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En el primer trimestre del año, la economía peruana mostró signos alentadores de recuperación, con un crecimiento del 1.4% después de cuatro trimestres consecutivos de caídas. Esta mejoría estuvo impulsada en gran medida por el desempeño positivo de 18 de las 24 regiones del país, las cuales experimentaron un repunte en su actividad económica. Factores como la menor conflictividad social, la normalización de las condiciones climáticas y la gradual recuperación de sectores vinculados a la inversión contribuyeron a este avance, aunque persisten desafíos que revelan la necesidad de acelerar las inversiones para restablecer el ritmo de crecimiento de décadas pasadas. Las regiones del sur destacaron como los principales impulsores de este crecimiento, registrando un avance promedio de 5.7% y contribuyendo con cerca del 70% de la recuperación económica a nivel nacional. Moquegua (15.2%), Tacna (14.1%) y Puno (10.8%) fueron algunas de las regiones destacadas por su sólido desempeño, especialmente en los sectores primarios como la minería e hidrocarburos, que crecieron un 8.3%, y el agro, que aumentó un 6.8%. En el caso del sector construcción, se observó un significativo crecimiento del 21.1%, impulsado por la inversión pública. Por otro lado, Lima y las regiones del centro también contribuyeron a la recuperación económica, aunque en menor medida. La actividad económica en Lima creció un modesto 0.4%, impulsada principalmente por sectores primarios. Sin embargo, sectores como la construcción (-3.4%) y la manufactura (-4.7%) aún experimentaron caídas significativas. En las regiones del centro, el crecimiento se situó en un 2.4%, destacando la mayor producción de metales como molibdeno, oro y plata. En contraste, la zona norte del país mostró un desempeño negativo, con una contracción del 2.1% en su actividad económica. Piura fue una de las regiones más afectadas, con una caída del 8.6%, principalmente debido a la fuerte contracción en la pesca y la industria manufacturera. La menor producción orientada a la agroexportación también influyó en estos resultados. La recuperación económica también se tradujo en un mayor dinamismo en el mercado laboral, especialmente en las zonas urbanas. Ciudades del sur como Cusco, Moquegua y Ayacucho registraron importantes aumentos en el empleo urbano, impulsados por la menor conflictividad social y la demanda interna. Sin embargo, algunas ciudades como Cerro de Pasco, Tumbes e Iquitos experimentaron reducciones en la población ocupada, reflejando disparidades regionales en el mercado laboral. A medida que avanzamos en el segundo trimestre del año, las economías regionales muestran signos de mayor dinamismo, especialmente en los sectores primarios como la agricultura y la pesca, que fueron golpeados por los choques climáticos del año anterior. Las regiones del sur destacan por su incremento en la producción agrícola, con récords históricos en cultivos como la papa en Puno. En el norte y centro, la autorización de la primera temporada de pesca ha impulsado la actividad del sector, con desembarques de anchoveta significativamente mayores que en el mismo periodo del año anterior. Para lograr un crecimiento sostenido y equitativo en todas las regiones, es fundamental acelerar la ejecución de inversiones que aprovechen el potencial productivo de cada zona. Proyectos como Chavimochic III y Majes-Siguas II en el norte y sur del país, respectivamente, deben ser prioritarios para expandir la frontera agrícola y estimular el crecimiento económico. Asimismo, la parálisis en las inversiones mineras en regiones como Cajamarca representa un desafío que debe ser superado para impulsar el desarrollo regional y reducir la pobreza. En resumen, si bien la economía peruana muestra signos de recuperación, persisten disparidades regionales que requieren de una acción coordinada y enfocada en acelerar las inversiones para potenciar el crecimiento en todo el país. La consolidación de este proceso de recuperación es fundamental para asegurar un desarrollo sostenible que beneficie a todas las regiones y sectores de la economía peruana.