El reto económico del BCR: entre la estabilidad monetaria y la reactivación eco

El Banco Central de Reserva (BCR) tiene como mandato constitucional preservar la estabilidad monetaria, siendo uno de los pilares fundamentales de esta labor la estabilidad de precios. Para lograr este objetivo, el BCR aplica diversas herramientas, entre las que destaca la determinación de su tasa de interés de referencia, la cual tiene como finalidad principal mantener ancladas las expectativas inflacionarias en el país. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la Constitución no establece como obligación del BCR la reactivación de la economía, sino más bien la preservación de la estabilidad monetaria. Una inflación elevada representa un riesgo significativo para la economía, ya que genera incertidumbre, afecta los planes de gasto de las familias y empresas, reduce los ingresos reales de la población e impacta de manera más severa en los sectores más vulnerables, como los más pobres. Con el fin de evitar una espiral inflacionaria, el BCR ha venido ajustando gradualmente su tasa de interés desde agosto del 2021 hasta enero del 2023, alcanzando un nivel de 7.75% anual. Sin embargo, ante la desaceleración de la inflación y otros factores como la recesión económica y la estabilización de ciertos indicadores, el BCR ha comenzado a reducir su tasa de interés, fijándola en 5.75% en el mes de septiembre. Es importante destacar que no es la primera vez que se plantea la discusión sobre el rol del BCR en la reactivación económica. En octubre, el entonces viceministro de Economía, Juan Pichihua, señaló que una tasa de interés elevada no constituye un estímulo para la recuperación económica. Esta postura contrasta con la del actual titular del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), José Arista, quien ha instado al BCR a ser más proactivo en la reducción de la tasa de interés real, argumentando que su nivel actual obstaculiza la dinamización de la economía a la velocidad deseada. La controversia en torno a la política monetaria y su impacto en la reactivación económica se enmarca en un contexto de inestabilidad política que ha contribuido al débil desempeño económico del país. La falta de consensos y la incertidumbre generada por la conflictividad política han limitado la capacidad del Gobierno para implementar medidas efectivas que impulsen el crecimiento económico. En este sentido, la responsabilidad recae también en las autoridades gubernamentales, quienes deben velar por la generación de un entorno propicio para el desarrollo económico. La reciente rebaja en la tasa de interés del BCR ha comenzado a tener repercusiones en las tasas de interés del sistema financiero, las cuales estaban en proceso de reducción. No obstante, esta tendencia podría detenerse en vista de la reciente rebaja en la calificación crediticia del Perú por parte de S&P Global Ratings, la cual incluyó a seis instituciones financieras del país. Esta decisión tendrá como consecuencia un encarecimiento en el financiamiento externo de estas entidades, lo que podría traducirse en créditos más costosos para la población. En conclusión, la situación económica actual refleja la compleja interacción entre la política monetaria, la estabilidad política y la capacidad del Gobierno para impulsar el crecimiento económico. Es fundamental que las autoridades competentes trabajen de manera coordinada y coherente para superar los desafíos económicos y generar las condiciones necesarias para un desarrollo sostenible. La pelota está en la cancha del MEF, que debe asumir un rol proactivo y establecer estrategias claras que fomenten la recuperación económica y la generación de empleo en el país.