Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Un sombrío panorama se cierne sobre cinco importantes ciudades de Sudamérica para el año 2100, según los preocupantes hallazgos de expertos en cambio climático. El aumento de los niveles del mar, derivado de las consecuencias de las alteraciones en el clima global, amenaza con sumergir bajo las aguas a Barranquilla en Colombia, zonas cercanas al Lago de Maracaibo en Venezuela, las populares urbes de Río de Janeiro y Porto Alegre en Brasil, Punta del Este en Paraguay y áreas de Entre Ríos y Buenos Aires en Argentina. El río Magdalena, la desembocadura de la que se ubica en Barranquilla, expone a la ciudad colombiana a constantes riesgos de inundación, mientras que en Venezuela, la intrincada geografía alrededor del Lago de Maracaibo afronta una situación similar. Brasil no escapa a este sombrío destino, ya que Río de Janeiro y Porto Alegre enfrentan la posibilidad de ser absorbidas por las aguas marinas, al igual que Punta del Este en Paraguay y diversas áreas en Argentina. La magnitud de esta potencial catástrofe no solo se traduce en la pérdida de hogares y medios de vida para millones de personas, sino que también representa un durísimo golpe para las economías de los países afectados. Colombia, Venezuela, Brasil, Paraguay y Argentina se ven instados a tomar medidas urgentes ante esta amenaza inminente. El calentamiento global, origen de este escenario apocalíptico, está provocando el derretimiento de glaciares y capas polares, lo que conlleva un incremento en los niveles de los océanos. No obstante, la negligente gestión de reservas de agua y lagos, así como la sobreexplotación de recursos hídricos subterráneos, también contribuyen a esta crisis. Este no es un problema aislado a Sudamérica, ya que regiones en todo el mundo enfrentan riesgos similares. En Centroamérica, países como México, Nicaragua y Honduras también ven amenazadas sus costas. La península de Yucatán, por ejemplo, podría quedar sumergida bajo las aguas en las próximas décadas, con proyecciones que indican un aumento de entre 0,6 a 2,1 metros en los niveles del mar para finales de siglo. El agua dulce, vital para la supervivencia humana, no solo reside en los grandes glaciares, sino también en reservas subterráneas. La región sudamericana cuenta con el Acuífero Guaraní, una de las mayores reservas de agua dulce del planeta, esencial para el ecosistema regional y la agricultura local. Ante este escenario preocupante, la concienciación acerca del cambio climático y la adopción de medidas a nivel global se vuelven imperativas para evitar un futuro donde ciudades enteras desaparezcan bajo las implacables aguas del océano. La responsabilidad recae en todos nosotros para preservar el futuro de nuestro planeta y las generaciones venideras.