Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Tras un año complicado y lleno de obstáculos, la economía peruana cerró el 2023 con una contracción del 0,55%, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Esta cifra representa el primer retroceso significativo del Producto Bruto Interno (PBI) desde 1998, a excepción del año 2020 marcado por la pandemia de COVID-19. Los sectores que más impactaron este crecimiento negativo fueron la manufactura, la construcción, el sector financiero, las telecomunicaciones, el agropecuario y la pesca, todos registrando números rojos en sus desempeños, según el INEI. Este panorama se vio afectado por diversos factores como la conflictividad social, fenómenos climatológicos, problemas de abastecimiento de fertilizantes y la gripe aviar en el sector agropecuario. Sin embargo, el crecimiento positivo de la minería logró compensar en parte la caída del PBI, según el Instituto Peruano de Economía (IPE). De no ser por este subsector, la economía podría haber registrado una contracción aún mayor. El cierre de diciembre del 2023 evidenció nueve meses consecutivos de resultados negativos, reflejando principalmente la caída en la manufactura. Este descenso continuo plantea incertidumbres sobre un posible rebote económico en el primer trimestre del 2024. Los expertos señalan que la débil cifra de diciembre podría condicionar el crecimiento del primer trimestre del presente año, siendo necesario un desempeño sólido para recuperar los niveles de producción de años anteriores. A pesar de proyecciones optimistas de crecimiento cercano al 1,5%, se recomienda cautela ante la incertidumbre del panorama económico. Mientras tanto, sectores como la industria nacional y la inversión pública podrían dar señales de una incipiente recuperación, aunque aún se necesita observar su evolución en los próximos meses. La reducción en la informalidad laboral y otros indicadores económicos positivos ofrecen un rayo de esperanza para la economía peruana en medio de un contexto desafiante. En resumen, aunque persisten desafíos y dudas sobre la recuperación económica en el corto plazo, existen señales de posible mejora que podrían marcar el rumbo de la economía nacional en el primer trimestre del 2024.