Trump sugiere que Ucrania podría "ganar" la guerra, pero matiza su escepticismo

Trump sugiere que Ucrania podría "ganar" la guerra, pero matiza su escepticismo

“La guerra es un asunto muy extraño”, dijo el mandatario en la Casa Blanca al ser preguntado por sus afirmaciones de hace algunas semanas, cuando aseguró que Kiev estaba en condiciones de hacer mucho daño a Moscú

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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En un giro inesperado en el discurso sobre el conflicto en Ucrania, el expresidente Donald Trump declaró el lunes que el país podría “ganar” la guerra contra Rusia. Sin embargo, sus afirmaciones fueron acompañadas por un tono de escepticismo, ya que matizó que, aunque existe la posibilidad de que Ucrania triunfe, no cree que eso suceda. “Aún puede ganarla. No creo que lo haga, pero aún pueden ganarla. Nunca he dicho que la ganarían”, comentó Trump desde la Casa Blanca. Este tipo de declaraciones ha generado un amplio debate entre analistas y expertos en relaciones internacionales sobre las implicaciones de su retórica.


Sus palabras llegan en un contexto de creciente tensión entre Ucrania y Rusia, donde el clima bélico se ha intensificado, y mientras se reportan pérdidas humanas significativas, que Trump describió como “un baño de sangre”. Según el exmandatario, las muertes de soldados ucranianos se sitúan entre 5,000 y 7,000 por semana, lo que considera “increíble” y “el peor conflicto desde la Segunda Guerra Mundial”. Este comentario se alinea con la preocupación general sobre el costo humano del conflicto, aunque plantea interrogantes sobre su sensibilidad en un contexto tan complejo.


La declaración de Trump se produjo poco después de que se hiciera público un encuentro entre él y el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, que, según informes, no fue nada amistoso. El Financial Times informó que la reunión fue “tremendamente bronca” y tuvo un carácter incisivo, señalando que Trump había advertido a Zelensky sobre las consecuencias catastróficas que enfrentaría Ucrania si no aceptaba las condiciones impuestas por Rusia. Este tipo de lenguaje ha suscitado críticas no solo por su falta de diplomacia, sino también por la forma en que podría afectar la moral de las fuerzas ucranianas en el campo de batalla.


Además, se reveló que Trump instó a Zelensky a considerar la entrega de la región del Donbás a Rusia, un punto de vista que contrasta drásticamente con la posición oficial de apoyo inquebrantable de Estados Unidos hacia la soberanía ucraniana. La insistencia de Trump en establecer una “frontera en la actual línea del frente” ha llevado a muchos a cuestionar su compromiso con el apoyo a Ucrania y su disposición a ceder ante las demandas rusas.


El exmandatario también se refirió a su capacidad para resolver conflictos, afirmando que había “resuelto ocho guerras en ocho meses”, como un intento de reafirmar su legado en la política exterior. Sin embargo, esta afirmación puede ser vista como una simplificación excesiva de situaciones complejas y enredadas que requieren una consideración más profunda. La insinuación de que puede resolver el conflicto entre Ucrania y Rusia podría ser interpretada como una falta de comprensión de las dinámicas en juego.


En el contexto de las relaciones internacionales, Trump también utilizó el encuentro con el primer ministro australiano, Anthony Albanese, para hablar sobre la necesidad de mantener buenas relaciones comerciales con China. En un tono optimista, subrayó que la relación comercial con China podría evitar conflictos sobre temas sensibles como Taiwán. “Creo que vamos a llevarnos muy bien en lo que respecta a Taiwán”, afirmó, aunque sus palabras mantienen un aire de incertidumbre que podría desatar tensiones futuras.


A medida que el conflicto en Ucrania se intensifica, la posición de Estados Unidos bajo un liderazgo cambiante sigue siendo un tema candente. La retórica de Trump y su enfoque pragmático a la guerra y la diplomacia han generado tanto apoyos como críticas, reflejando la polarización en la política estadounidense. La dinámica entre Trump, Zelensky y Putin ha resquebrajado la narrativa tradicional de apoyo incondicional a Ucrania que había caracterizado a la administración anterior.


Mientras las pérdidas humanas continúan aumentando y la situación sobre el terreno se vuelve más crítica, las palabras de Trump sobre la posibilidad de que Ucrania “gane” la guerra pueden parecer, en el mejor de los casos, un intento de ofrecer esperanza, y en el peor, una trivialización de la tragedia que allí se vive. Las reacciones de los aliados europeos y de la comunidad internacional frente a tales comentarios seguirán siendo un tema de interés, dado que la estabilidad en la región depende en gran medida de la unidad y el apoyo de Occidente.


Por último, queda por ver cómo estas declaraciones impactarán la percepción pública y las decisiones políticas en ambos lados del Atlántico. A medida que el conflicto se prolonga, la urgencia de un enfoque diplomático y humanitario se convierte en una necesidad cada vez más apremiante. Las palabras de los líderes, especialmente de aquellos con influencia global, tienen el poder de moldear la narrativa del conflicto y su posible resolución, un hecho que no puede ser subestimado en tiempos de guerra.

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