Desarrollan prótesis ocular Prima que devuelve la visión a pacientes ciegos

Desarrollan prótesis ocular Prima que devuelve la visión a pacientes ciegos

Un implante de retina inalámbrico restaura la visión central en pacientes y les permite ver lo suficiente como para leer libros y distinguir señales.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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En un avance significativo para la medicina moderna, un equipo de científicos de la Escuela de Medicina de Stanford ha logrado desarrollar una prótesis ocular que ha demostrado su capacidad para devolver la visión a pacientes con ceguera irreversible. Este innovador dispositivo, conocido como Prima, ha sido probado con éxito en un ensayo clínico que involucró a 38 pacientes de avanzada edad que padecían atrofia geográfica, la etapa final de una forma de degeneración macular asociada a la edad (DMAE). Este avance es considerado un rayo de esperanza para quienes han enfrentado la incapacidad de ver durante muchos años.


La investigación detrás de Prima ha requerido dos décadas de trabajo arduo y dedicación. Los participantes del ensayo, todos mayores de 60 años, habían estado lidiando con las devastadoras consecuencias de la DMAE, que deteriora progresivamente la visión. Tras un año de uso del dispositivo, los resultados fueron sorprendentes: 27 de los 31 pacientes recuperaron la capacidad de leer letras, números y palabras con el ojo afectado por la ceguera. Los hallazgos de este estudio han sido publicados en la prestigiosa revista New England Journal of Medicine, lo que subraya la importancia y la credibilidad de esta investigación.


La prótesis ocular Prima está compuesta por dos elementos fundamentales. El primero es un microchip inalámbrico ultrafino, que mide apenas 2 por 2 milímetros. Este chip se implanta en la parte posterior del ojo mediante un procedimiento conocido como vitrectomía, en el que se extrae el gel vítreo del ojo para insertar el dispositivo justo en el centro de la retina del paciente. Este microchip actúa como un sustituto de los fotorreceptores naturales que han sido dañados por la enfermedad.


El segundo componente de Prima son unas gafas de realidad aumentada, que están equipadas con una pequeña cámara capaz de capturar imágenes del entorno en tiempo real. Estas imágenes son luego proyectadas mediante luz infrarroja sobre el microchip implantado en el ojo. El chip, sensible a esta luz, transforma la señal luminosa en estímulos eléctricos que la retina puede interpretar y enviar al cerebro, permitiendo así la percepción visual.


Una de las características más innovadoras de este dispositivo es que es fotovoltaico; esto significa que solo requiere luz para funcionar y no necesita una fuente de alimentación externa, lo que lo diferencia de otras prótesis oculares que requieren cables o baterías externas. Además, el diseño de Prima permite a los pacientes combinar su visión periférica natural con la visión central proporcionada por la prótesis, facilitando su movilidad y orientación en el entorno.


Los pacientes comenzaron a utilizar las gafas de realidad aumentada entre cuatro y cinco semanas después de la implantación del microchip. Aunque algunos individuos pudieron distinguir patrones de inmediato, la mayoría experimentó una mejora en su agudeza visual tras meses de entrenamiento, un proceso similar al de otros implantes médicos diseñados para recuperar la audición. La mayoría de los participantes han integrado la prótesis en su vida diaria, utilizándola para leer libros, etiquetas de alimentos y señales de transporte público.


Sin embargo, aunque la prótesis Prima representa un avance notable, aún enfrenta limitaciones. Por el momento, el dispositivo solo permite ver en blanco y negro, sin la capacidad de distinguir tonos intermedios. Los investigadores, liderados por Daniel Palanker, están trabajando en el desarrollo de un software que permita a los usuarios distinguir toda la gama de grises, lo que sería un paso crucial para mejorar la experiencia visual de los pacientes.


Además de la mejora en la percepción de colores, el equipo de Stanford tiene la intención de aumentar la resolución del chip y optimizar el diseño de las gafas. También se están realizando investigaciones para adaptar este dispositivo a otros tipos de ceguera que resultan de la pérdida de fotorreceptores, abriendo la puerta a un futuro en el que más personas podrían beneficiarse de esta tecnología.


En resumen, la creación de la prótesis ocular Prima es un salto significativo hacia adelante en el campo de la oftalmología y la neurociencia. Mientras que muchos pacientes han visto una mejora notable en su calidad de vida, la comunidad científica sigue trabajando incansablemente para perfeccionar esta tecnología y expandir sus aplicaciones. Con cada avance, se acerca la posibilidad de que más personas recuperen la visión y, con ella, la oportunidad de disfrutar de las pequeñas cosas de la vida que a menudo se dan por sentadas.

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