Tlaxcala enfrenta desafíos en la lucha contra el VIH: datos y tendencias recientes

En la última década, Tlaxcala ha enfrentado un desafío significativo en la lucha contra el VIH, con un total de mil 626 casos diagnosticados desde 2014, según el Informe Histórico de VIH publicado por la Secretaría de Salud (Ssa) federal. Este informe destaca las fluctuaciones en el número de casos a lo largo de los años, revelando tanto la vulnerabilidad de la población como la necesidad de intensificar los esfuerzos de prevención y tratamiento. El año 2014 marcó el inicio de esta serie de diagnósticos con 128 casos reportados. Sin embargo, la cifra más alarmante se observó en 2023, cuando los casos alcanzaron un pico de 219. Este incremento sugiere la urgencia de abordar temas como la concientización, el acceso a pruebas y tratamientos, así como la estigmatización que a menudo enfrentan las personas que viven con VIH. Afortunadamente, los datos de 2024 presentan una ligera disminución, con solo 108 nuevos diagnósticos hasta el tercer trimestre del año. Esto podría indicar un cambio positivo en las tendencias de la enfermedad, aunque es prematuro celebrar un avance sin un análisis más profundo de los factores que pudieron haber contribuido a esta caída. La variabilidad en la incidencia del VIH en Tlaxcala es un recordatorio de que la lucha contra esta enfermedad debe ser constante y dinámica. Durante el período analizado, la tasa de incidencia de VIH ha mostrado importantes variaciones. En 2018, la tasa era de 12.5 casos por cada 100 mil habitantes, mientras que 2023 evidenció un alarmante aumento a 15.4. Sin embargo, para 2024, la tasa se ha reducido a 7.5, lo que sugiere que se podría estar logrando un control más efectivo sobre la propagación del virus. Una de las preocupaciones más importantes que se desprenden del informe es la clasificación clínica de los casos en 2024. De los 108 diagnosticados, 37 se encuentran en estadio 1, 30 en estadio 2, 25 en estadio 3 y 16 en estadio 4, también conocido como Sida. Este desglose es crucial para entender cómo se está gestionando la enfermedad y la importancia de un diagnóstico temprano, que puede evitar que más personas lleguen a las etapas avanzadas de la infección. El VIH, siendo un virus que compromete el sistema inmunológico, requiere de un tratamiento antirretroviral que permita a las personas afectadas llevar vidas saludables y minimizar el riesgo de transmisión. La disponibilidad y el acceso a estos tratamientos son fundamentales no solo para mejorar la calidad de vida de quienes viven con el virus, sino también para reducir su propagación en la comunidad. A nivel nacional, México ha registrado un total de 166 mil 180 casos de VIH entre 2014 y 2024, con Tlaxcala representando aproximadamente el uno por ciento de esta cifra. Aunque esta proporción puede parecer pequeña, cada caso cuenta y cada vida afecta a un círculo más amplio de personas. La concientización y educación sobre el VIH deben ser priorizadas, especialmente en estados que, como Tlaxcala, atraviesan cambios en sus estadísticas de contagio. Es importante mencionar que los estados con las tasas más altas de VIH en 2024 son Quintana Roo, Colima y Yucatán, donde se reportan más de 18 casos por cada 100 mil habitantes. Esto indica que la problemática del VIH no solo es un asunto local, sino que también requiere de atención a nivel regional y nacional para crear estrategias efectivas de prevención. A medida que avanzamos hacia un futuro donde la información y la educación sobre el VIH son más accesibles, es fundamental que las autoridades de salud, junto con la sociedad civil, trabajen en conjunto para desmantelar la estigmatización asociada a la enfermedad. La lucha contra el VIH no solo involucra la atención médica, sino también el respeto y la dignidad de las personas que viven con el virus. El panorama de VIH en Tlaxcala es un reflejo de los retos y avances en la salud pública. Es un recordatorio de que, aunque los números pueden fluctuar, la lucha por la salud y el bienestar de todos debe mantenerse firme y constante. La colaboración entre el gobierno, organizaciones no gubernamentales y la comunidad es esencial para seguir avanzando y garantizar un futuro más saludable para las generaciones venideras.