Estigma y desinformación persisten sobre el VIH a pesar de los avances médicos en México

Estigma y desinformación persisten sobre el VIH a pesar de los avances médicos en México

A pesar de los avances médicos, el estigma y la desinformación sobre el VIH persisten en México, afectando el acceso a pruebas y tratamientos.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Salud

A más de 40 años de que se detectara el primer caso de VIH en el mundo, el estigma y los mitos en torno a esta enfermedad persisten en México, a pesar de los avances significativos en tratamientos y la comprensión de la infección. David Alvarado, presidente de la Fundación Mexicana para la Lucha contra el Sida (Fundasida), enfatiza que el gran desafío no solo reside en la medicina, sino en derribar las creencias erróneas que aún rodean al virus. Alvarado señala que la comprensión del VIH sigue siendo limitada en la sociedad, lo que alimenta la desinformación. "A pesar de todos los años que han pasado, todavía hay muchas ideas erróneas sobre cómo se transmite y qué implica vivir con el virus. Necesitamos acabar con esos mitos para poder prevenir nuevas infecciones y avanzar en el tratamiento", explica. Esta desinformación, sumada al temor al juicio social, frena a muchas personas a hacerse pruebas y buscar tratamiento. El VIH, como enfermedad de transmisión sexual, afecta principalmente a hombres que tienen sexo con otros hombres, pero el riesgo no se limita a esta población. Alvarado destaca que los hombres heterosexuales también son responsables de la transmisión del virus a sus parejas. "La falta de uso de protección en las relaciones sexuales sigue siendo una de las principales vías de contagio", advierte. Hoy, gracias a los tratamientos antirretrovirales, una persona con VIH puede esperar vivir entre 70 y 75 años, con una calidad de vida similar a la de cualquier otra persona. Sin embargo, el miedo a los efectos secundarios de los medicamentos y la falta de seguimiento médico pueden obstaculizar el acceso al tratamiento necesario. "Es fundamental que quienes viven con VIH realicen chequeos regulares y mantengan un estilo de vida saludable. Esto les permitirá manejar su condición de manera efectiva", agrega. Uno de los mitos más arraigados es que una persona con VIH debe estar visiblemente enferma para ser un portador. La realidad es que muchas personas pueden estar infectadas durante años sin mostrar síntomas. "No podemos basar nuestra seguridad en la apariencia física de nuestra pareja. Es esencial usar protección y hacerse pruebas de detección regularmente", enfatiza Alvarado. La percepción errónea del VIH como una enfermedad exclusivamente asociada a la comunidad LGBT ha contribuido a la estigmatización de quienes viven con el virus. Las creencias de que solo quienes tienen múltiples parejas o quienes trabajan en la industria del sexo se ven afectados perpetúan el estigma. Esto impide que las personas reconozcan su riesgo y busquen la atención médica necesaria. La estigmatización no solo afecta la salud mental de quienes tienen VIH, sino que también puede llevar a la negación del diagnóstico y la falta de tratamiento. "Muchos hombres sienten que si se realizan una prueba de VIH, se les podría juzgar por su orientación sexual, mientras que muchas mujeres temen ser consideradas promiscuas si se asocian con el virus", explica Alvarado. Este círculo vicioso de estigmatización limita el acceso a cuidados de salud y diagnostico oportuno. La situación es preocupante cuando se considera que el 84.5% de los casos de VIH en México se concentran en varones. "Urgentemente debemos formular estrategias que no solo prevengan la transmisión, sino que también aborden la estigmatización de una manera efectiva y compasiva", afirma Alvarado. La educación y el acceso a información verídica son esenciales para derribar los muros del miedo y la desinformación. A nivel internacional, se están desarrollando nuevas opciones de tratamiento que ofrecen esperanza no solo para quienes viven con VIH, sino también para aquellos que buscan prevenir la infección. Por ejemplo, el lenacapavir es un medicamento utilizado como profiláctico que ha mostrado ser eficaz en la reducción de la carga viral y en la prevención del contagio. Sin embargo, su disponibilidad en México aún es limitada, reflejando la disparidad en el acceso a tratamientos avanzados. Mientras la medicina avanza en el tratamiento del VIH, el estigma sigue siendo un obstáculo persistente que requiere atención. "Aprovechar los avances médicos es crucial, pero no podemos olvidar que la educación y la aceptación social son igual de importantes. Solo a través de un enfoque integral podremos enfrentar efectivamente esta epidemia", concluye Alvarado. La lucha contra el VIH no solo es médica, sino también social, y los esfuerzos deben concentrarse en educar, informar y apoyar a quienes viven con esta condición.

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