ETB no retransmitirá el mensaje del rey, un acto de resistencia cultural en el País Vasco

ETB no retransmitirá el mensaje del rey, un acto de resistencia cultural en el País Vasco

ETB no retransmitirá el mensaje navideño del rey, desatando un debate sobre identidad cultural y soberanía en el País Vasco.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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La reciente decisión de la radiotelevisión pública vasca, ETB, de no retransmitir el mensaje navideño del rey Felipe VI ha abierto un debate que trasciende la mera cuestión protocolaria y se adentra en el terreno de la identidad cultural y la soberanía. En un contexto donde la figura de la monarquía española ha sido objeto de críticas y cuestionamientos, especialmente en comunidades con fuertes identidades propias como el País Vasco, esta decisión parece ser una respuesta a un legado histórico que muchos prefieren no olvidar. La memoria colectiva arrastra los recuerdos de unos años oscuros en los que la colonización cultural se hacía evidente a través de la imposición de símbolos y discursos que, lejos de representar a todos los españoles, parecían reforzar una jerarquía social. Entre 2009 y 2011, la emisión del discurso de Juan Carlos I en ETB fue un hecho casi excepcional en un marco que, para muchos, nunca debió haberse normalizado. El actual rey, lejos de distanciarse de ese pasado turbio, parece estar atado a una narrativa que, a pesar de los intentos de renovación, sigue generando divisiones. La figura del rey se ha visto envuelta en escándalos que han puesto en tela de juicio no solo su legitimidad, sino también la del sistema monárquico en su conjunto. Desde acusaciones de corrupción hasta la percepción de una justicia que no es igual para todos, la corona ha perdido parte del respeto que alguna vez pudo haber tenido. Sin embargo, la respuesta de ETB no es solo un reflejo de desconfianza hacia la monarquía, sino una manifestación de un profundo deseo por la autodeterminación y el respeto a las tradiciones locales. El hecho de que algunos sectores demanden que ETB cumpla con un protocolo que implica rendir pleitesía a una figura monárquica es una invitación a reflexionar sobre qué tipo de sociedad queremos construir. ¿Es aceptable que los ciudadanos se vean obligados a inclinar la cabeza ante un representante de una institución que, en su opinión, no les representa? Este dilema se convierte en una cuestión de principios y dignidad. Para muchos vascos, la decisión de no emitir el mensaje del rey es un acto de resistencia contra una tradición que consideran arcaica. Las reacciones a esta decisión han sido diversas y, en ocasiones, intensas. Los defensores de la retransmisión argumentan que la normalidad implica aceptar y respetar todas las instituciones, mientras que quienes apoyan la negativa ven en ella un signo de madurez política y social. Esta discrepancia pone de manifiesto las profundas divisiones que aún persisten en la sociedad española, donde el pasado sigue influenciando las relaciones presentes. Por otro lado, la crítica hacia aquellos que insisten en que la emisión del discurso real sería un signo de "normalidad" revela la complejidad del término. La normalidad no puede construirse sobre la base del miedo o la obligación. En un contexto democrático, el acto de mirar de frente y no bajar la cabeza es un símbolo de respeto propio y dignidad. En esta línea, la decisión de ETB puede interpretarse como un rechazo a la sumisión ante instituciones que, en su esencia, representan un modelo de gobernanza que no todos aceptan. Es fundamental reconocer que el debate sobre la monarquía y su representación en medios públicos no es exclusivo del País Vasco. Comunidades autónomas como Cataluña también se han visto envueltas en discusiones similares, donde las identidades y las historias propias chocan con una visión centralista y monárquica de España. Esta realidad refleja un cambio en la percepción de la monarquía y el deseo de muchas comunidades de construir su propio relato. La resistencia a la retransmisión del mensaje del rey podría ser un primer paso hacia una redefinición de la relación entre las instituciones y las identidades autonómicas. En un momento en que las voces por la autodeterminación se intensifican, decisiones como la de ETB abren la puerta a nuevas narrativas que esperan ser exploradas y discutidas. Finalmente, el contexto actual nos invita a examinar nuestras tradiciones y a cuestionar aquello que consideramos "normal". La lucha por la dignidad y el respeto a la identidad propia no puede ser silenciada por la imposición de protocolos que no reflejan la pluralidad de la sociedad española. Desde el País Vasco, se alza la voz de una comunidad que ha decidido no bajar la cabeza, ni en los momentos de celebración ni en los de crítica.

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