Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En el ámbito del cine deportivo, pocas películas han intentado capturar la frenética energía, la intensidad y el drama subyacente del fútbol profesional como la propuesta de Oliver Stone de 1999, "Any Given Sunday". Estrenada por Warner Bros. justo antes del cambio de milenio, la película logró una recaudación global sustancial, superando la marca de los 100 millones de dólares. Sin embargo, aunque pudo haber alcanzado el éxito comercial, la recepción crítica ofreció una visión más matizada. La reseña de Kirk Honeycutt en The Hollywood Reporter destaca la dualidad de la película: una representación del brutal glamour del fútbol entrelazada con un examen crítico del lado oscuro del deporte. Stone, conocido por sus intensas representaciones de conflicto y lucha humana, traduce esa visión al campo de juego, presentando a los jugadores de fútbol como gladiadores modernos. Sin embargo, esta transformación está cargada de cinismo y de imágenes que se desvían hacia el territorio del exceso, dejando a los espectadores cuestionando si la película glorifica los mismos mitos que busca criticar. La trama se centra en los ficticios Miami Sharks, que se encuentran en un punto crítico de su temporada tras una lesión de su mariscal de campo estrella, Cap Rooney, interpretado por Dennis Quaid. Entra Willie Beamen, interpretado por Jamie Foxx, un mariscal de campo de tercer nivel cuya ascensión a la fama es tan meteórica como tumultuosa. Su viaje es emblemático de la exploración de la cultura de las celebridades dentro del deporte, pero también plantea preguntas más amplias sobre la raza, los egos y la comercialización de los deportes. La narrativa de Stone, sin embargo, parece estar decidida a ofrecer una crítica integral del deporte. Con temas que van desde lesiones y medicina deportiva hasta la sobreexposición mediática y la naturaleza explotadora de los contratos, la película intenta encapsular las múltiples presiones que enfrentan los atletas. Si bien los problemas planteados son relevantes, Honeycutt señala que el volumen de conflictos concentrados en una sola temporada se siente poco plausible, despojando a la narrativa de parte de su peso. Además, el enfoque contundente de Stone en la exploración temática a menudo eclipsa el desarrollo de los personajes. La película presenta una comprensión superficial de sus protagonistas, reduciendo sus complejas historias a meros arquetipos. Las motivaciones de personajes como el entrenador Tony D'Amato y la dueña del equipo, Christina Pagniacci, se mencionan, pero el espectador queda anhelando una comprensión más profunda. Visualmente impactante, el director de fotografía Salvatore Totino captura la esencia visceral del fútbol, sumergiendo a los espectadores en los sonidos y las imágenes del campo. Los golpes contundentes y la física agotadora del deporte están en plena exhibición, pero la incesante avalancha lleva a una sensación de fatiga. A medida que se desarrolla la trama, la duración de la película—ambiciosos 160 minutos—agrava sus deficiencias, ya que los momentos de emoción cruda son eclipsados por una sobreabundancia de espectáculo. En medio de la fanfarria y el bravado, "Any Given Sunday" refleja en última instancia la lucha de Stone por equilibrar la crítica con la celebración. El clímax de la película, que presenta una dramática serie de playoffs, se adentra en los tropos deportivos tradicionales, celebrando el heroísmo del trabajo en equipo y la perseverancia. En ese momento, ofrece un vistazo del mismo espíritu que alimenta el juego, incluso si el camino para llegar a ese punto está lleno de inconsistencias. Si bien "Any Given Sunday" deja una marca indeleble en el panorama del cine deportivo, sirve como un recordatorio de las complejidades que rodean al mundo de los deportes profesionales—donde la línea entre la gloria y la explotación a menudo se difumina, y donde los heroísmos pueden coexistir con duras realidades. En esta exploración cinematográfica, Oliver Stone captura no solo la esencia del fútbol, sino también las paradojas que lo definen.