Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La reciente publicación del columnista Thom Hartmann ha reavivado el debate sobre la industria de seguros de salud en Estados Unidos, un sector que, según él, está caracterizado por su ineficacia y su alto costo. En su artículo titulado "Cuando los Beneficios Matan: Los Costos Mortales de Tratar la Atención Médica como un Negocio", Hartmann argumenta que el enfoque hacia la atención médica como un producto comercial es una de las causas de que millones de estadounidenses no reciban la atención que necesitan. Hartmann señala que la narrativa de que un sistema de salud universal es “socialista” ha sido alimentada por empresas con fines de lucro que dominan el mercado. Este argumento, según él, ha llevado a que muchas personas se queden desprotegidas y enfrenten la angustia de ver rechazadas sus reclamaciones de cobertura. La experiencia de los ciudadanos es un reflejo de un sistema que prioriza las ganancias sobre el bienestar humano. El artículo de Hartmann también menciona el reciente asesinato del CEO de UnitedHealthcare, un evento que ha generado tanto desconcierto como debate. Para Hartmann, este suceso ofrece una oportunidad para reflexionar sobre las implicaciones de un sistema de atención médica que se asemeja más a una corporación en busca de beneficios que a un servicio público diseñado para cuidar de la salud de los ciudadanos. Según el autor, la industria de seguros de salud, particularmente UnitedHealthcare, ha demostrado tasas alarmantes de rechazo de reclamaciones, lo que pone en evidencia las prioridades equivocadas de estas entidades. El autor establece un contraste claro entre el sistema de atención médica de los veteranos, que se basa en la premisa de satisfacer las necesidades de salud de los veteranos, y el sistema de seguros privados, que parece estar diseñado para maximizar las utilidades. En su opinión, si la prioridad de UnitedHealthcare fuera verdaderamente la salud pública, no rechazarían un porcentaje tan alto de las reclamaciones. Hartmann argumenta que la idea de que el gobierno debe ser administrado como una empresa es un concepto erróneo que ha ganado terreno en las últimas décadas, impulsado por intereses corporativos que buscan evadir sus responsabilidades fiscales. La industria de seguros de salud, y su enfoque en el lucro, se ha convertido en un ejemplo claro de cómo la privatización ha afectado negativamente a la atención médica en Estados Unidos. Con datos concretos, Hartmann destaca que el costo por persona en atención médica en Estados Unidos es excesivamente alto, siendo casi el doble del promedio de otras naciones desarrolladas. Este gasto no se traduce en mejores resultados de salud, lo que plantea la pregunta de si la estructura actual es realmente sostenible o efectiva. En contraste, un sistema de pagador único podría ofrecer una solución más económica y accesible. El autor enfatiza que una gran parte de los estadounidenses no cuenta con seguro de salud adecuado, lo que representa una crisis en un país que se autodenomina como una de las naciones más desarrolladas del mundo. Esta falta de cobertura no solo es una preocupación ética, sino también un problema de salud pública, dado que la atención médica debería ser un derecho y no un privilegio. Hartmann también toca el tema de la reacción popular ante el asesinato de Thompson, sugiriendo que refleja un profundo descontento hacia una industria que ha dejado a muchos desprotegidos. La controversia que rodea a este hecho ha generado diálogos acerca de la necesidad de revisar el sistema actual y de considerar un enfoque más humano y social para la atención médica. Por último, el autor hace un llamado a la acción y a la reflexión sobre la privatización de servicios esenciales. La urgencia de reconstruir un sistema de atención médica que priorice a los ciudadanos sobre los beneficios empresariales nunca ha sido más evidente. La conversación sobre cómo estructurar la atención médica de manera que sirva a la población en su conjunto es esencial para forjar un futuro más equitativo y saludable.