Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Las 'armas fantasma', también conocidas en el ámbito especializado como ghost guns, han comenzado a dibujar un panorama preocupante en España, aunque su incidencia todavía se encuentra lejos de alcanzar los niveles alarmantes que se observan en Estados Unidos. Este fenómeno ha cobrado relevancia en el debate público y social, especialmente tras el reciente asesinato del CEO de UnitedHealthcare, Brian Thompson, en el que se utilizó una de estas pistolas fabricadas con impresoras 3D. Este caso ha llevado a las autoridades a intensificar su atención sobre la fabricación y el uso de armas no registradas y difíciles de rastrear. La accesibilidad y el costo reducido de estas armas son dos de las características que más inquietan a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Elaboradas en su mayoría a partir de material plástico y ensambladas a partir de kits de piezas, las ghost guns no cuentan con número de serie, lo que las convierte en un verdadero desafío para la identificación y el seguimiento. Según Pedro Carmona, secretario de Comunicación de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), la combinación de tecnología accesible y la proliferación de tutoriales en internet ha facilitado esta problemática, haciendo que la fabricación de estas armas esté al alcance de cualquier persona con los conocimientos básicos. Desde el primer taller ilegal desmantelado en Tenerife en 2021, las autoridades han intensificado sus esfuerzos para combatir este fenómeno emergente. La Guardia Civil, en colaboración con Europol, ha llevado a cabo varias operaciones exitosas que han resultado en la incautación de un número significativo de armas de fuego y materiales para su fabricación. Sin embargo, a pesar de estos logros, las 'armas fantasma' siguen representando solo una pequeña fracción de las aproximadamente 8.000 armas ilegales que se incautan anualmente en España. El alerta sobre este tipo de armas también está vinculado con la facilidad de acceso a la información necesaria para su fabricación. Expertos en armamento han destacado que, en menos de una hora, una persona con habilidades en tecnología puede encontrar los planos y las piezas necesarias para crear una pistola. Este fácil acceso no solo se da a través de páginas de compra-venta, sino también en redes sociales donde el control es mínimo, convirtiéndose en un terreno fértil para el intercambio de información y materiales. La naturaleza de las ghost guns presenta un riesgo inminente, a pesar de que estas armas sean menos precisas y más propensas a fallar en comparación con las armas convencionales. Sin embargo, los expertos coinciden en que son igual de letales a corta distancia. Las características de diseño de estas armas, que permiten un ensamblaje rápido, complican aún más las labores de las fuerzas del orden, ya que su fabricación puede ser tan breve como su desecho. El perfil de quienes fabrican o poseen estas armas varía considerablemente, desde criminales organizados que buscan evitar la detección en sus actividades ilícitas, hasta delincuentes comunes en busca de un acceso más asequible a armamento. Este acceso se vuelve aún más atractivo cuando se considera que crear un arma casera es mucho más económico que adquirir una armada registrada en el mercado. En el contexto internacional, el uso de armas fantasma ha proliferado especialmente en bandas criminales en Latinoamérica y en Estados Unidos, donde su capacidad de disuasión y de causar daño es reconocida. Sin embargo, en España, este fenómeno todavía se considera una amenaza de baja intensidad, ya que las autoridades continúan identificando que la mayoría de las armas ilegales en circulación provienen del extranjero. A pesar de los esfuerzos constantes de las autoridades para controlar el tráfico y la fabricación de armas ilegales, la combinación de tecnología accesible, bajo costo y una cultura de desobediencia legal plantea un reto significativo. Cada vez más individuos están motivados a experimentar con la fabricación de armas, ya sea por razones económicas o por el interés en la tecnología, lo que podría exacerbar la situación en los próximos años. Aunque en este momento la preocupación por las 'armas fantasma' en España no es de nivel crítico, la vigilancia constante de las autoridades y la concienciación social son imprescindibles para evitar que este fenómeno se expanda. La clave está en la colaboración entre las fuerzas de seguridad, la comunidad y los legisladores para crear un marco que frene no solo la proliferación de estas armas, sino también el crimen asociado con su uso.