Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Un estudio reciente de Dinamarca ha provocado una conversación que podría hacerte replantear todo lo que pensabas saber sobre el cannabis y el deterioro cognitivo. Durante años, la narrativa antidrogas, personificada por programas como DARE, advirtió sobre los supuestos peligros del cannabis, afirmando que podría llevar a daños cerebrales permanentes y a una disminución de la función cognitiva. Sin embargo, esta nueva investigación sugiere que los usuarios habituales de cannabis podrían tener un mejor desempeño en términos de salud cognitiva a medida que envejecen, en comparación con sus contrapartes que no usan la sustancia. El estudio aprovechó la política de conscripción militar de larga data en Dinamarca, que ha requerido que hombres físicamente aptos mayores de 18 años sirvan de 4 a 12 meses desde 1849. Al ingresar al ejército, estos reclutas se someten a pruebas cognitivas, que los investigadores utilizaron como base para sus indagaciones posteriores. El estudio siguió a 5,162 hombres ahora en sus 60 años, muchos de los cuales habían usado cannabis de forma ocasional o habitual a lo largo de las décadas desde su prueba inicial. Los resultados fueron intrigantes: aquellos que habían usado cannabis de manera constante obtuvieron un promedio de 1.3 puntos más en las pruebas cognitivas que los que nunca habían usado la sustancia. Esto sugiere que, al menos en esta muestra, podría haber una correlación entre el uso regular de cannabis y tasas más lentas de deterioro cognitivo durante un período de aproximadamente 44 años. Si bien esta estadística puede parecer modesta, desafía la creencia sostenida durante mucho tiempo de que el uso de cannabis conduce a facultades mentales disminuidas. Por supuesto, los investigadores reconocieron la complejidad de estos hallazgos. La función cognitiva está influenciada por una multitud de factores, incluidos los estilos de vida, el estatus socioeconómico y el uso de otras sustancias. Incluso después de tener en cuenta estas variables, el estudio aún indicó una ligera ventaja para los usuarios habituales de cannabis, aunque los autores fueron cuidadosos en señalar que los resultados están lejos de ser concluyentes. Enfatizan que se necesita más investigación antes de sacar conclusiones médicas definitivas sobre el cannabis y la salud cognitiva. Entonces, ¿qué significa esto para la conversación más amplia sobre el cannabis? Si bien los hallazgos pueden proporcionar un rayo de esperanza para los defensores y usuarios del cannabis, es crucial abordarlos con precaución. La noción de que el cannabis podría ser una salvaguarda cognitiva es tentadora, pero no es una invitación a comenzar a pasar porros alrededor de la mesa de la cena navideña todavía. Además, es esencial recordar que la correlación no implica causalidad. La capacidad de estos "viejos fumadores" para obtener resultados ligeramente más altos en las pruebas cognitivas puede derivarse de una serie de factores más allá de su uso de cannabis, incluida su salud general, su compromiso social e incluso rasgos de personalidad que los predisponen tanto al uso de cannabis como a la resiliencia cognitiva. A medida que este diálogo continúa desarrollándose, sirve como un recordatorio de la necesidad de mantener una mente abierta en las discusiones sobre el cannabis y sus posibles impactos en la salud. Ya sea por sus propiedades medicinales o por recreación, la conversación sobre el cannabis está evolucionando, y estudios como este son vitales para remodelar nuestra comprensión. Pero por ahora, aunque puede ser tentador considerar un pequeño regalo especial para el abuelo esta temporada navideña, sería prudente esperar más evidencia fundamentada antes de hacer cambios significativos en el estilo de vida o en las compras de regalos.