Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
A medida que la NBA contempla una posible expansión, la Ciudad de México ha surgido como una perspectiva tentadora para los oficiales de la liga, particularmente para el comisionado Adam Silver. Sin embargo, el camino para establecer una franquicia permanente de la NBA en la bulliciosa capital de México está lleno de desafíos que van más allá del atractivo de acceder a una base de aficionados masiva. La vitalidad de la cultura del baloncesto en la Ciudad de México se hizo evidente recientemente cuando los aficionados inundaron la Arena Ciudad de México para un enfrentamiento entre el Miami Heat y los Washington Wizards. Sin embargo, el éxodo posterior al partido reveló una dura realidad: los notorios embotellamientos de la ciudad. Diego, un conductor de Uber, navegó por calles caóticas para transportar a un cliente, destacando cuán congestionado puede ser el viaje después de los eventos. El gerente general Nick Lagios de los Capitanes, el equipo de la G League de la Ciudad de México, experimentó esto en carne propia, pasando tres arduas horas en un taxi para llegar a su casa en Polanco, a solo seis millas de distancia. Si bien la NBA ha organizado con éxito numerosos partidos en la Ciudad de México desde su primera exhibición en 1992, Silver reconoce que ciudades como Seattle y Las Vegas probablemente están por delante de la Ciudad de México en la cola de expansión. No obstante, Silver sostiene que una franquicia en esta metrópoli podría desbloquear un mercado receptivo y expansivo, dado que 32 millones de aficionados a la NBA residen en México, con una porción significativa siendo jóvenes adultos de entre 14 y 30 años. A pesar de su potencial, existen obstáculos significativos. La congestión del tráfico es solo uno de muchos problemas logísticos. Según el antropólogo Lachlan Summers, los residentes de la Ciudad de México pasan un promedio de 6.5 días al año atrapados en el tráfico, un problema agravado por la geografía que rodea la arena, que a menudo se describe como deteriorada y carente de instalaciones de estacionamiento adecuadas. Además, hay preocupaciones sobre la seguridad de los jugadores de alto perfil que viven en una ciudad con una tasa de criminalidad que la coloca entre las más altas del mundo. Si bien ciudades como Detroit y Memphis tienen estadísticas de criminalidad similares, las percepciones de seguridad podrían disuadir a los jugadores de considerar un traslado permanente. Los factores socioeconómicos también complican las cosas. El salario promedio de un residente en la Ciudad de México oscila entre $660 y $720 mensuales, lo que plantea interrogantes sobre la asequibilidad de asistir a los partidos de la NBA. El precio promedio de una entrada de $94, sin incluir gastos adicionales por estacionamiento, comida y mercancía, puede ser una barrera para el aficionado promedio. Los equipos profesionales existentes, como los Capitanes y los Diablos Rojos, han mostrado el potencial del baloncesto en la Ciudad de México, pero la viabilidad financiera sigue siendo un problema. Lagios, quien anteriormente dirigió a los Capitanes, señaló que, aunque su equipo ha atraído atención y ha aumentado la asistencia, la rentabilidad aún está a unos años de distancia. Las dificultades de operar en un mercado donde los costos asociados con una franquicia de la NBA podrían ser prohibitivos—como asegurar una nueva arena que cumpla con los estándares de la NBA—agravan aún más las preocupaciones. Alfredo Harp Helú, copropietario de los Diablos Rojos, expresó su deseo de construir una nueva arena que pudiera albergar a un equipo de la NBA, pero los desafíos que plantea la geografía y la densidad de población de la ciudad complican cualquier plan. La necesidad de instalaciones de última generación es primordial, y dado que la Ciudad de México se encuentra a gran altitud, la construcción presenta desafíos de ingeniería únicos. A pesar de estos desafíos, la NBA sigue interesada en explorar el potencial de la Ciudad de México. Las oficinas establecidas de la liga en la Ciudad de México y su interacción con la base de aficionados sugieren un compromiso por comprender el mercado. Sin embargo, la viabilidad de un equipo permanente depende de superar obstáculos logísticos, culturales y económicos significativos. A medida que la NBA continúa su proceso de evaluación, el atractivo de la Ciudad de México como un mercado viable sigue matizado por las complejidades de la infraestructura urbana, la seguridad y las disparidades socioeconómicas. Si estos desafíos pueden ser abordados de manera efectiva, determinará en última instancia la viabilidad de una presencia de la NBA en una de las ciudades más grandes del mundo.