Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Hace casi seis décadas, un sistema educativo de computación emergió en las discretas ciudades universitarias de Urbana y Champaign, Illinois, dando inicio a una evolución tecnológica que continúa resonando en la actualidad. Conocido como PLATO, o Programmed Logic for Automatic Teaching Operations, este sistema fue concebido en medio del fervor de la carrera espacial, impulsado por financiamiento federal y una visión del futuro de la educación a través de la tecnología. El viaje desde la concepción hasta la realización no fue sencillo. Tomó más de una década y cuatro iteraciones de desarrollo, requiriendo un enfoque desde cero para construir todo, desde mainframes hasta terminales. A medida que PLATO alcanzó su cuarta iteración en 1972, se había transformado en una plataforma de computación en red pionera, combinando mainframes, terminales, líneas telefónicas y herramientas de programación personalizadas. Su impacto fue profundo, sentando las bases para la comunicación e interacción digital. La innovación fomentada por PLATO demostró ser un terreno fértil para la creatividad entre los estudiantes de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign (UIUC) y las instituciones circundantes. Con acceso a esta tecnología de vanguardia, miles de estudiantes de secundaria y universidad comenzaron a crear aplicaciones de chat, juegos y más, marcando el inicio de una nueva era de cultura digital. El sistema no solo inspiró software popular como Lotus Notes y Microsoft Flight Simulator, sino que también influyó en la misma estructura de plataformas de redes sociales, incluyendo Reddit, Twitter y AOL. Notablemente, PLATO introdujo versiones tempranas de emoticonos y narración interactiva, elementos que ahora son parte integral de la comunicación digital. Brian Dear, un ex usuario de PLATO y autor del recién publicado libro "The Friendly Orange Glow", ha dedicado las últimas dos décadas a descubrir la rica historia detrás de este sistema innovador. En su extensa investigación, que incluye cientos de entrevistas, Dear destaca el trabajo visionario del ingeniero Donald Bitzer, quien lideró el desarrollo de PLATO en medio de limitaciones significativas. "No había software. No había terminales. Básicamente, no había hardware", explica Dear, enfatizando la monumental tarea de inventar un sistema desde cero. Entre las innovaciones acreditadas a PLATO se encuentra la pantalla de plasma de pantalla plana, que presentaba un distintivo resplandor naranja monocromo. Esta tecnología surgió como una solución creativa a los exorbitantes costos de la RAM en ese momento, mientras que la capacidad de "viaje rápido" permitía la visualización instantánea de información, mejorando la experiencia del usuario a pesar de las limitaciones en las velocidades de los módems. Estos avances permitieron a los educadores crear herramientas de enseñanza interactivas, impulsando aún más la adopción del sistema. Los estudiantes rápidamente empujaron los límites de las capacidades de PLATO, desarrollando juegos multijugador tempranos, foros en línea e incluso una plataforma de agregación de noticias. Juegos como "Empire", inspirado en Star Trek, revolucionaron las experiencias multijugador en red, mientras que programas de chat como "Talkomatic" sentaron las bases para las plataformas de comunicación modernas. Notablemente, este estallido creativo ocurrió sin un motivo de lucro; fue impulsado únicamente por un deseo de conexión social y crecimiento personal. Sin embargo, a pesar de sus logros, la eventual comercialización de PLATO luchó por igualar su espíritu innovador. Después de ser licenciado a Control Data Corporation, el sistema enfrentó desafíos para adaptarse al panorama corporativo, y muchas de sus características pioneras, incluida la celebrada pantalla de plasma, fueron omitidas de los productos finales. Aunque tuvo cierto éxito en entornos académicos, la visión de transformar PLATO en una plataforma generalizada similar a AOL nunca se materializó. El libro de Dear arroja luz sobre un capítulo olvidado de la historia tecnológica, lleno de paralelismos con el paisaje digital moderno. Captura la esencia de una cultura única y las historias de individuos como el exejecutivo de Microsoft Ray Ozzie, quien aprovechó sus experiencias con PLATO para lograr éxitos posteriores. "Hay tanta historia aquí y historias interesantes sobre innovación y ejemplos tempranos de prácticamente todo lo que damos por sentado hoy", afirma Dear, subrayando la importancia de este legado poco celebrado. Aunque puede haber tomado otra generación para que las lecciones de PLATO se comprendieran plenamente, el espíritu pionero y las innovaciones del sistema sin duda allanaron el camino para la era digital que experimentamos hoy. Illinois, parece, no solo fue testigo de esta transformación, sino su mismo cuna.