Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La reciente erupción del volcán Kanlaon en la isla de Negros ha desencadenado una crisis humanitaria, con casi 41,000 personas afectadas hasta el 12 de diciembre de 2024. Según el Consejo Nacional de Reducción de Riesgos de Desastres y Gestión (NDRRMC), la erupción ha tenido un profundo impacto en la población local, afectando a un total de 40,489 personas, lo que se traduce en 11,791 familias en 25 barangays. Las repercusiones de la actividad volcánica son severas, particularmente en Visayas Occidental y Central. En Visayas Occidental, 4,963 familias, que suman un total de 16,869 personas, han sido impactadas en 20 barangays. Mientras tanto, Visayas Central reporta un número significativo de personas afectadas, con 6,828 familias, o 23,620 individuos, afectados en cinco barangays. Como respuesta a la erupción, se han establecido 27 centros de evacuación, que actualmente albergan a 4,630 familias, alrededor de 15,334 individuos. Notablemente, 12,515 personas se están refugiando en 22 centros de evacuación en Visayas Occidental, mientras que 2,819 individuos están alojados en cinco centros en Visayas Central. Más allá de estos centros, 677 familias adicionales, que comprenden 2,522 individuos, están recibiendo ayuda fuera de las áreas de evacuación designadas. La erupción, que ocurrió de manera explosiva el 9 de diciembre entre las 3:03 p.m. y las 3:10 p.m., liberó una gran columna de humo que se elevó 4,000 metros sobre la cima. Este alarmante evento llevó al Departamento de Ciencia y Tecnología - Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología a elevar el nivel de alerta del volcán de 2, que indica un aumento de la actividad, a 3, señalando una erupción magmática que podría conducir a una mayor actividad explosiva. A la luz de estos acontecimientos, se ha instruido a las unidades de gobierno local (LGUs) que evacuen a los residentes dentro de un radio de seis kilómetros de la cima del volcán y que se mantengan alerta ante posibles evacuaciones adicionales si la actividad volcánica se intensifica. El impacto de esta erupción va más allá de las preocupaciones inmediatas de seguridad, ya que las clases han sido suspendidas en 11 ciudades y municipios de Visayas Occidental y uno en Visayas Central. Esta interrupción subraya las implicaciones sociales más amplias del desastre, afectando la educación y la vida diaria de miles de personas. Para ayudar a los afectados, el Departamento de Bienestar Social y Desarrollo, junto con las unidades de gobierno local y organizaciones no gubernamentales, ha proporcionado asistencia por un total de aproximadamente P6,433,946. Este apoyo es crucial para abordar las necesidades inmediatas de las familias desplazadas, que enfrentan incertidumbre y agitación tras la erupción. A medida que la situación continúa evolucionando, las autoridades y las comunidades deben permanecer alerta, preparadas para posibles erupciones adicionales y centradas en el bienestar de los afectados por este desastre natural. La resiliencia de las comunidades afectadas sin duda será puesta a prueba en los próximos días y semanas, mientras navegan por los desafíos que plantea este evento volcánico.