Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El terremoto de magnitud 7.1 que golpeó la región de Shingtse en el Tíbet, China, el 7 de enero ha enviado ondas de choque más allá de las fronteras de su epicentro, provocando avalanchas en el área de Lunana en Bután. Dos avalanchas significativas descendieron de la Mesa Montaña sobre el glaciar Bechung, pero afortunadamente para las comunidades locales, la suave pendiente del glaciar absorbió efectivamente el impacto, evitando que la nieve y el hielo llegaran al lago glacial Bechung. A pesar de este resultado afortunado, los expertos advierten que tales eventos sísmicos representan una amenaza continua de inundaciones por desbordamiento de lagos glaciares (GLOFs, por sus siglas en inglés). Phuntsho Tshering, un glaciólogo ejecutivo del Centro Nacional de Hidrología y Meteorología (NCHM), subrayó el riesgo, afirmando: "Las vibraciones desestabilizan los glaciares, provocando avalanchas." Señaló que, aunque el peligro inmediato se mitigó, el lago glacial Bechung se está formando rápidamente, lo que genera preocupaciones sobre su capacidad para soportar la masa acumulada con el tiempo. Los temblores del terremoto se sintieron en todo Bután, particularmente en Gasa, el dzongkhag más cercano al epicentro, que registró una intensidad máxima de cuatro en la escala de Intensidad Modificada de Mercalli (MMI). La escala mide cuán fuertemente las personas sienten los temblores, siendo Gasa la que experimentó vibraciones notables. Otras regiones de Bután informaron efectos más leves, con niveles de intensidad que oscilaban entre cero y tres, y áreas en el oeste de Bután registrando una intensidad máxima de dos. En respuesta a la ocurrencia del terremoto, las comunidades de Lunana fueron alertadas de inmediato, y el personal del NCHM, junto con un equipo de su sede, fue enviado para evaluar la situación en varios lagos glaciares. Afortunadamente, los informes indicaron que no se observaron disturbios importantes en los lagos glaciares Thorthomi, Rapstreng y Bechung. Sin embargo, se notaron deslizamientos menores de morrena en las paredes internas de la barrera Thorthomi-Rapstreng, lo que generó alarmas sobre la integridad de esta infraestructura crítica que ha estado deteriorándose a lo largo de los años. Un colapso de la presa de morrena podría tener consecuencias catastróficas, incluyendo la posible liberación de aproximadamente 53 millones de metros cúbicos de agua de los lagos Thorthomi y Rapstreng en un escenario de peor caso. Debido a la amenaza continua que representa el lago Thorthomi, que ha sido señalado como el más peligroso de la región, el NCHM ha estado abogando activamente por el reubicación permanente de los residentes en las aldeas cercanas de Thangza y Tenchoe a elevaciones más seguras, más alejadas de la zona de riesgo. Las reubicaciones planificadas a terrenos más altos, como Damthangkha, Bayza-Gangjuk y Dungbiteng, han estado en curso desde el año pasado. Mientras el equipo del NCHM continúa monitoreando los lagos glaciares, han instado a las comunidades río abajo a mantener la vigilancia contra posibles GLOFs, un riesgo que crece con cada actividad sísmica en la región. A una escala más amplia, el Departamento de Geología y Minas está colaborando con la Agencia GovTech para mejorar los sistemas de monitoreo de terremotos en Bután, con el objetivo de completarlos para finales de marzo. Esta actualización contará con una plataforma basada en la web que proporcionará información en tiempo real sobre la intensidad de los terremotos, permitiendo a los residentes informar sobre sus experiencias y mejorando los protocolos de seguridad en general. Si bien los eventos recientes destacan los crecientes desafíos que plantea el cambio climático y la inestabilidad geológica en la región, la resiliencia de las comunidades y las medidas proactivas que se están tomando ofrecen una chispa de esperanza para enfrentar estos riesgos. La colaboración entre expertos y agencias locales busca no solo mitigar los peligros inmediatos, sino también asegurar la seguridad y sostenibilidad a largo plazo de las áreas afectadas mientras enfrentan los impactos continuos de un entorno cambiante.