Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un giro sorprendente de los acontecimientos, un discurso de Navidad pronunciado por Stephen Carter, CEO de la firma de reclutamiento Sharp and Carter, ha desatado una tormenta de reacciones en línea, tras sus comentarios sinceros sobre el consumo de drogas y las infidelidades. El discurso, originalmente destinado a ser un mensaje ligero para sus empleados antes de una reunión festiva, se ha vuelto viral, levantando cejas y preguntas sobre la cultura laboral y la responsabilidad del liderazgo. Durante el discurso, que se llevó a cabo por Zoom, Carter habló abiertamente sobre su pasado consumo de drogas, afirmando sin rodeos: “Yo consumo drogas, simplemente no lo hago en eventos laborales”. Su comentario, destinado a establecer un tono humorístico, rápidamente tomó un giro más serio cuando estableció una regla estricta: “Si consumes drogas en la fiesta de Navidad, serás despedido. Es una regla realmente fuerte”. Esta proclamación probablemente fue diseñada para inyectar un sentido de orden en lo que muchos empleados consideran una ocasión caótica, ya que las fiestas navideñas a menudo conducen a decisiones cuestionables. Sin embargo, la parte más impactante del discurso de Carter fue su consejo no solicitado sobre la infidelidad. “Si quieres engañar a tu pareja, te recomendaría que 2024 ha sido un recordatorio claro de que probablemente no sea sabio engañar a tu pareja con alguien en el trabajo”, aconsejó, destacando las complicaciones que pueden surgir de los romances en el lugar de trabajo. Esta digresión inesperada, aunque quizás refleje su intención de guiar a los empleados lejos de posibles trampas, a muchos les pareció inapropiada para un entorno corporativo, especialmente viniendo de un CEO. En una entrevista posterior con el Herald Sun, Carter expresó sorpresa ante la reacción negativa, afirmando que no anticipó que sus palabras fueran sacadas de contexto y compartidas ampliamente. “Probablemente habría elegido mis palabras de manera un poco diferente si lo hubiera sabido”, admitió, aunque mantuvo que sus comentarios estaban destinados a tomar un enfoque proactivo contra las indiscreciones en el trabajo. “Como 203 personas, somos representativos de la sociedad, y en la sociedad, eso sucede: la gente consume drogas, la gente engaña a su pareja, y solo estoy tratando de anticiparme a eso”, explicó. Carter aclaró además que, aunque no ve un problema moral con el consumo de drogas, su postura es clara: no debería formar parte de la cultura laboral. Señaló que han pasado “unos cinco años” desde que él personalmente consumió drogas y describió su discurso como un intento de cuidar a sus empleados y prevenir que tomen malas decisiones que puedan perjudicar sus vidas personales y profesionales. A pesar de la controversia, un aspecto positivo que ha surgido es la conversación que ha generado sobre los límites del comportamiento en el lugar de trabajo, particularmente durante las celebraciones navideñas. Muchos empleados y empleadores pueden encontrarse reflexionando sobre la delgada línea entre la camaradería y el profesionalismo, especialmente durante eventos conocidos por su potencial de excesos y mala conducta. A medida que el video del discurso de Carter sigue circulando, el incidente sirve como un recordatorio de las complejidades que rodean la comunicación del liderazgo y las consecuencias no intencionadas que pueden surgir de comentarios sinceros hechos en entornos menos formales. Con el nuevo año acercándose, las empresas pueden querer reconsiderar sus estrategias para las reuniones navideñas, asegurándose de que las festividades fomenten un sentido de unidad y alegría sin cruzar ninguna línea profesional.