La histórica victoria de San Marino: el equipo amateur triunfa tras 20 años de desilusiones.

La histórica victoria de San Marino: el equipo amateur triunfa tras 20 años de desilusiones.

San Marino consigue su primera victoria competitiva en 20 años, derrotando a Liechtenstein 1-0, gracias al histórico gol de Nicko Sensoli, de 19 años.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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En un momento que resonará a través de los anales de la historia del fútbol, San Marino, a menudo considerado el peor equipo internacional de fútbol del mundo, ha logrado un hito notable al conseguir su primera victoria competitiva en 20 largos años. Esta pequeña nación, situada entre Italia y los montes Apeninos, ha soportado dos décadas de decepción y lucha, con un récord que detalla 196 derrotas y solo una victoria anterior: un partido amistoso contra Liechtenstein en 2004. En esa histórica noche de septiembre de 2024, el Stadio Olimpico di Serravalle fue testigo de una explosión de emociones cuando San Marino triunfó 1-0 sobre Liechtenstein en un partido de la Liga de Naciones. La atmósfera era eléctrica, ya que jugadores y aficionados celebraron un momento que se había hecho esperar demasiado. El gol de la victoria fue obra de Nicko Sensoli, un joven de 19 años, cuyo oportuno disparo no solo marcó el fin de una racha de 7,436 días sin victorias, sino que también consolidó su lugar en los corazones de los fieles seguidores del fútbol de San Marino. El partido en sí no fue un espectáculo de fútbol de alta calidad; más bien, fue un reflejo de las luchas que enfrentaban ambos equipos. La primera mitad fue en gran medida olvidable, sin que ninguno de los dos equipos lograra un tiro a puerta. Sin embargo, la tensión era palpable, con las apuestas más altas que nunca para ambos conjuntos, dada su reputación como eternos desvalidos en el mundo del fútbol. El momento decisivo llegó en la segunda mitad, con una mezcla de confusión y serendipia que llevó al gol de Sensoli. Una mala comunicación entre el portero y el defensor de Liechtenstein creó una oportunidad que el joven delantero de San Marino aprovechó con ambas manos, o más bien, con su pie. La celebración posterior fue un espectáculo digno de ver, con compañeros de equipo corriendo al campo para abrazar a Sensoli, su héroe del momento. La alegría no se trataba solo de un gol; era la culminación de años de perseverancia y pasión por el juego. El viaje de San Marino en el fútbol ha sido uno de resistencia. Los jugadores son predominantemente amateurs, equilibrando sus aspiraciones en el campo con trabajos cotidianos como dentistas, contadores y estudiantes. Incluso frente a la derrota, han continuado vistiendo los colores de su nación, representando a su pequeña república con orgullo. El exentrenador Pierangelo Manzaroli enfatizó una vez la importancia emocional de incluso un empate sin goles, comparándolo con un hito personal. Esto subraya la relación única que San Marino tiene con el fútbol, donde la alegría de simplemente jugar supera la necesidad de victorias. En los últimos años, la introducción de la Liga de Naciones ha brindado un rayo de esperanza. Al enfrentar equipos de clasificación similar, San Marino ha tenido la oportunidad de competir en un terreno de juego más nivelado. Desde su desgarradora derrota 10-0 ante Inglaterra en 2021, el equipo mostró signos de mejora, con derrotas ajustadas y destellos de capacidad goleadora. La victoria contra Liechtenstein no es solo una casualidad; refleja su evolución gradual y su arduo camino hacia la respetabilidad. Cuando sonó el pitido final, las emociones eran abrumadoras. La cuenta de aficionados de San Marino en X, que cuenta con más seguidores que la población del país, estalló de alegría, celebrando lo que había sido un largo tiempo en espera. El gol de Sensoli quedará grabado para siempre en la historia deportiva de la nación, uniéndose a la legendaria anotación de siete segundos de Davide Gualtieri contra Inglaterra en 1993 como un momento que trasciende el propio juego. Para San Marino, la victoria es un faro de esperanza y un testimonio del espíritu perdurable de los atletas amateurs que luchan por sus sueños. En un mundo donde el fútbol está a menudo dominado por gigantes, esta pequeña nación ha demostrado que a veces los desvalidos pueden levantarse, aunque sea solo por un momento. La victoria puede no cambiar el rumbo de la historia del fútbol, pero para San Marino, es un triunfo que resonará por generaciones.

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