Galilea Fuentes: la joven promesa del vóley peruano que inspira a futuras generaciones

Galilea Fuentes: la joven promesa del vóley peruano que inspira a futuras generaciones

Galilea Fuentes, joven promesa del vóley peruano, inspira a muchas niñas en Cusco con su talento y determinación. Su futuro es brillante.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Deportes

Galilea Fuentes, una joven promesa del vóley peruano, ha capturado la atención de muchos en el mundo del deporte. A sus 14 años, se ha convertido en una figura emblemática para las niñas del Cusco, quienes ven en ella un modelo a seguir. La destacada participación de Galilea en el Sudamericano Sub 16 del año pasado, donde Perú logró su clasificación al Mundial, la ha posicionado como una de las jugadoras más prometedoras de la Sub 17. Con una mezcla de humildad y determinación, la joven asegura que su éxito no solo se mide en victorias, sino también en la inspiración que puede brindar a otras. Durante una reciente entrevista, Galilea compartió su experiencia como la menor del equipo. "Siempre he sentido que al ser la más joven tengo menos presión", comentó. Esta perspectiva le ha permitido disfrutar del juego y seguir aprendiendo sin el peso del miedo al fracaso. Su primera experiencia en una selección nacional fue el año pasado, donde recibió el título de mejor central en un torneo que marcó un hito en su carrera. "Fue increíble", recuerda con nostalgia. "Todo el sacrificio valió la pena gracias al apoyo de mis padres y de mis compañeras". El camino de Galilea hacia el vóley comenzó en su colegio, el San José La Salle, donde su talento fue descubierto por el profesor Jesús Castillo. Su participación en un campeonato en Tingo María le abrió las puertas a la ciudad capital, donde su vida dio un giro. "Me ofrecieron un lugar en un colegio y la oportunidad de jugar en Lima, pero tuvimos que acelerar el proceso", explica. Este cambio de vida no fue fácil, pero su pasión por el deporte fue más fuerte. La transición de una vida tranquila en Cusco a la bulliciosa Lima no estuvo exenta de desafíos. "Me ofrecieron la Casa Santa, pero al principio vine a un cuarto alquilado con mi mamá", relata Galilea. A pesar de la distancia y de las dificultades, la joven se mantiene enfocada en su sueño de ser jugadora profesional de vóley, sin descartar su anhelo de convertirse en doctora en el futuro. "Quiero aprovechar las oportunidades que me brinda el deporte, pero mis estudios son igualmente importantes". La presión de la competitividad en el vóley juvenil es palpable, pero Galilea ha encontrado maneras de lidiar con ello. "Mis padres siempre me apoyan y me recuerdan la humildad. No importa si perdemos, somos niñas y lo más importante es aprender y disfrutar del juego", dice con sabiduría. La presencia de psicólogos en su equipo también ha sido un recurso valioso para manejar el estrés y los desafíos que enfrentan. Galilea también reflexiona sobre su vida en Cusco y cómo esa experiencia la ha moldeado. "Era un ambiente familiar, donde todos nos cuidábamos. Ahora estoy en un lugar diferente, pero siempre llevo conmigo el apoyo de mi gente", asegura. Esta conexión con sus raíces la impulsa a seguir adelante y representar a su ciudad con orgullo en cada partido. La relación con sus compañeras de equipo ha evolucionado desde un inicio tenso a una camaradería sólida. "Al principio no nos conocíamos bien, pero ahora somos como hermanas", comparte. Esta unión ha sido crucial para su desarrollo, ya que cada una se apoya mutuamente durante los entrenamientos y las competiciones. Galilea se siente protegida, especialmente al ser la más joven del grupo. En cuanto al apoyo de los aficionados, la joven atleta espera que el público peruano esté con ellas en las buenas y en las malas. "Es bonito sentir el respaldo de la gente, y espero que no nos critiquen demasiado", comenta con un toque de esperanza. La pasión por el vóley en Perú es palpable, y Galilea es consciente del papel que juega en ello. El futuro se ve brillante para Galilea Fuentes, y su historia es solo el comienzo. Con su determinación y el apoyo de quienes la rodean, tiene todas las herramientas necesarias para dejar una huella imborrable en el vóley peruano. Cada vez que se sube a la cancha, no solo juega por sí misma, sino por todas las niñas que sueñan con seguir sus pasos. Su mensaje es claro: la perseverancia, la humildad y el amor por el deporte son la clave del éxito.

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