Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El querido sendero de arte de Worcester, que presenta una variedad de coloridas esculturas de pingüinos, está siendo sometido a una conmovedora restauración tras una serie de desafortunados incidentes de vandalismo. El Waddle de Worcester, que comenzó en julio con una impresionante colección de 80 pingüinos diseñados de manera única, tenía como objetivo recaudar fondos para el Hospicio de San Ricardo mientras traía alegría y creatividad a las calles de la ciudad. Sin embargo, apenas unas semanas después del lanzamiento, el proyecto enfrentó un contratiempo cuando dos de las esculturas de pingüinos fueron dañadas. La situación empeoró en agosto cuando tres pingüinos adicionales fueron víctimas del vandalismo, siendo uno de ellos recuperado dramáticamente del río Severn por los bomberos, lo que resalta no solo la resiliencia de la comunidad, sino también la dedicación a preservar este esfuerzo artístico. En respuesta a estos actos de destrucción, un grupo de artistas se ha unido para restaurar las esculturas dañadas a su antigua gloria. Entre ellos se encuentra Jess Perrin, una artista que participa activamente en los esfuerzos de restauración. Perrin expresó su entusiasmo por el proyecto, afirmando que se sentía "realmente bien" al contribuir a que los pingüinos "volviesen a estar como nuevos". Su sentimiento captura el espíritu de colaboración y comunidad que ha surgido de este desafío. El proceso de restauración no solo tiene como objetivo reparar el daño físico, sino también revivir el optimismo que el Waddle de Worcester inspiró inicialmente. Los pingüinos, que se han convertido en un símbolo de creatividad y espíritu comunitario, están listos para regresar a sus lugares a lo largo del sendero, recordando a residentes y visitantes por igual la importancia del arte en los espacios públicos y la responsabilidad compartida de protegerlo. A medida que los pingüinos restaurados regresan a la comunidad, continuarán cumpliendo su propósito original: recaudar fondos para un querido hospicio local mientras recuerdan a todos que el arte puede unir y elevar, incluso frente a la adversidad. El Waddle de Worcester no solo se erige como una exhibición artística, sino como un testimonio de la resiliencia del espíritu comunitario de Worcester.