Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un emotivo tributo a la nostalgia y al poder del arte, se ha desvelado un mural de un gigante oso de peluche rosa en Cleethorpes, capturando la esencia de los recuerdos de la infancia y la importancia de la salud mental. El mural, creado por el artista local Mr. Robinson, sirve como un recordatorio vibrante de la alegría y la inocencia de la juventud, mientras también aborda temas más profundos de lucha personal y sanación. Originario de Grimsby, el camino de Robinson como artista dio un giro transformador durante un período desafiante en su vida. Luchando contra la depresión, encontró consuelo en la terapia cognitivo-conductual, lo que lo llevó a revisar recuerdos atesorados de su infancia. Fue durante este proceso reflexivo que la imagen de un querido oso de peluche resurgió en su mente, inspirándolo a incorporarlo en su obra. "Recordé esta imagen de mi infancia y comencé a ponerla en mi arte como una forma de abordar los desafíos que enfrentamos como adultos", explicó. El mural no es solo una simple representación de un juguete de peluche; simboliza el confort y la seguridad que muchos asocian con su infancia. Robinson compartió que ha llevado su inspiración de oso de peluche en viajes por todo el mundo, desde los vastos paisajes de Mongolia hasta las bulliciosas calles de Dubái y las serenas vistas de Nueva Zelanda. A pesar de estas experiencias internacionales, eligió Cleethorpes como el lienzo para su última creación, motivado por un proyecto comunitario local que buscaba mejorar los espacios públicos y fomentar la creatividad. "Es agradable volver a mi ciudad natal y crear algo para la comunidad local", comentó Robinson, destacando su deseo de retribuir al lugar que lo formó. El mural se erige como un testamento no solo a su talento artístico, sino también a la resiliencia del espíritu humano, alentando a los espectadores a reflexionar sobre sus propios recuerdos de infancia y las formas en que enfrentan los desafíos de la vida. A medida que el gigante oso de peluche rosa adorna las paredes de Cleethorpes, invita a residentes y visitantes por igual a hacer una pausa y apreciar las simples alegrías de la vida. En un mundo que a menudo se siente abrumador, esta obra de arte sirve como un suave recordatorio de que está bien apoyarse en nuestros recuerdos y encontrar consuelo en los momentos más ligeros. A través de este mural, Robinson ha tejido un hilo de conexión dentro de la comunidad, provocando conversaciones sobre la salud mental y la importancia de buscar apoyo durante tiempos difíciles.