Emergencia sanitaria internacional por resurgimiento de la mpox en el mundo

Emergencia sanitaria internacional por resurgimiento de la mpox en el mundo

La OMS declara emergencia sanitaria por el resurgimiento de la mpox, que ha causado más de 500 muertes y 17,500 casos en África en 2024.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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La reciente declaración de "emergencia sanitaria internacional" por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha puesto en alerta a la comunidad global ante el resurgimiento de la mpox, anteriormente conocida como viruela del mono. Este virus, que ha cobrado la vida de más de 500 personas en la República Democrática del Congo y ha superado los 17.500 casos en doce países africanos desde el inicio de 2024, ha encontrado un terreno fértil para su propagación en un mundo cada vez más conectado. La noticia se agrava con la confirmación de casos en Europa y Pakistán, lo que subraya la urgencia de la respuesta internacional. La mpox es un virus zoonótico, lo que significa que puede transmitirse de animales a humanos. Su origen endémico en África Central y Occidental plantea un serio desafío para la salud pública, ya que el virus se encuentra en una variedad de mamíferos, incluyendo roedores y primates. Las manifestaciones clínicas de la enfermedad incluyen sarpullidos, fiebre, dolor muscular y fatiga, que pueden aparecer hasta 21 días después de la exposición. Aunque en general la mpox no se considera mortal, la nueva variante responsable del actual brote tiene una tasa de letalidad alarmante, estimada entre el 3 y el 4%. El director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha expresado su preocupación por el potencial de una mayor propagación y ha instado a la comunidad internacional a una respuesta coordinada. Sin embargo, esta declaratoria plantea preguntas sobre la eficacia de las medidas actuales de control y tratamiento. Aunque existen antivirales y vacunas que pueden utilizarse contra la mpox, la disponibilidad es limitada. La reserva mundial de vacunas contra la viruela, que también ofrece protección cruzada contra la mpox, es insuficiente para abordar la crisis actual. Las estrategias de contención y tratamiento han sido objeto de debate. La OMS ha recomendado evitar encuentros casuales y relaciones sexuales en áreas afectadas por el virus, y ha enfatizado que personas con sistemas inmunitarios comprometidos tienen un mayor riesgo de padecer formas severas de la enfermedad. Esto resalta la vulnerabilidad de ciertos grupos, incluidos niños y personas con condiciones de salud preexistentes, quienes pueden enfrentar un desenlace fatal si contraen la enfermedad. A pesar de la gravedad de la situación, la OMS no ha considerado necesario implementar una vacunación masiva como se hizo durante la pandemia de COVID-19. Esto ha provocado críticas de expertos que advierten sobre la ineficacia de las actuales medidas de control. La falta de suficientes vacunas ha hecho que se priorice la vacunación de contactos cercanos a infectados y grupos en riesgo, lo que podría no ser suficiente para frenar la propagación del virus. El Centro Africano de Control y Prevención de Enfermedades ha estimado que se necesitan al menos 10 millones de dosis de vacunas para detener la crisis actual. Sin embargo, las reservas de la OMS rara vez superan los 2,6 millones de dosis, lo que plantea serias dudas sobre la capacidad de respuesta ante un brote en expansión. La escasez de vacunas se ve exacerbada por la recomendación de las autoridades europeas de que los viajeros a África se vacunen, lo que podría limitar aún más la disponibilidad de dosis para aquellos que ya están en riesgo. En este contexto, la comunidad científica enfrenta un reto significativo: aumentar los recursos y las capacidades de investigación para comprender mejor la mpox y sus variantes. Con la aparición de "segundas infecciones" en algunos individuos, queda claro que aún existe un gran desconocimiento sobre la duración de la inmunidad tras una infección inicial. Estas lagunas en el conocimiento epidemiológico dificultan las predicciones sobre futuros brotes y las estrategias para contenerlos. La OMS, a pesar de su postura cautelosa, ha hecho un llamado urgente a la cooperación internacional. La historia ha demostrado que los patógenos no respetan fronteras y que una respuesta aislada de un país puede ser insuficiente. Es imperativo que los países trabajen juntos, compartiendo recursos, investigaciones y, fundamentalmente, vacunas, para reducir el riesgo de brotes en el futuro. La situación de la mpox resalta la fragilidad de los sistemas de salud globales y la necesidad de estar preparados para eventos de salud pública inesperados. La comunidad internacional debe aprender de la experiencia pasada con el COVID-19 y actuar con rapidez y determinación para contener la propagación de esta enfermedad. Solo a través de un esfuerzo conjunto y coordinado se podrá enfrentar eficazmente este nuevo desafío y proteger la salud de millones en todo el mundo.

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