Quién es José Antonio Kast; el líder ultraderechista que llegó a La Moneda tras tres candidaturas

A unos 40 minutos de Santiago, en la comuna de Buin, se encuentra el pequeño santuario de Valle de María, un lugar que ha sido testigo de la vida y devoción de José Antonio Kast, el nuevo presidente electo de Chile. Criado en un entorno rural y religioso, Kast ha mantenido una conexión profunda con su comunidad a lo largo de su vida. Sus visitas regulares a esta iglesia, donde asiste con su familia, son un reflejo de sus valores familiares y religiosos, elementos que han sido fundamentales en su trayectoria política.

La reciente victoria de Kast en las elecciones presidenciales del 14 de diciembre marca un hito en su carrera, siendo esta su tercera candidatura. Tras un intento fallido en 2021, donde fue derrotado por Gabriel Boric, su triunfo actual no solo se atribuye a una campaña bien ejecutada sino también a un cambio profundo en la dinámica política del país. En un contexto donde la seguridad ha pasado a ser la principal preocupación de la ciudadanía, Kast ha sabido capitalizar el descontento popular que surge de la violencia y el crimen organizado, temas que han desbordado la agenda social que predominó tras el estallido social.

Este nuevo enfoque le ha permitido a Kast expandir su base electoral más allá de la tradicional derecha conservadora, atrayendo a sectores de la clase media que demandan estabilidad y soluciones concretas a problemas urgentes. Su discurso se ha centrado en la necesidad de orden y control, un cambio estratégico que ha resonado en un país ansioso por certezas y seguridad.

Sin embargo, el ascenso de Kast no ha estado exento de controversias. Su postura sobre la dictadura de Augusto Pinochet ha sido objeto de críticas constantes. A pesar de que ha intentado distanciarse de las reivindicaciones más extremas, sus comentarios sobre el régimen militar, como la afirmación de que “si Pinochet estuviera vivo, votaría por mí”, han generado un fuerte rechazo y han dejado una marca indeleble en su imagen pública. Para muchos, estas declaraciones son una validación de un pasado autoritario que aún pesa sobre la sociedad chilena.

Su carrera política comenzó en la transición democrática de los años 90, formando parte de la Unión Demócrata Independiente (UDI). Tras una notable trayectoria como concejal y diputado, su ruptura con la UDI en 2016 fue un punto de inflexión que lo llevó a fundar el Partido Republicano. Esta decisión fue vista como un intento de construir un proyecto político que representara verdaderamente sus convicciones, distanciándose de una derecha que consideraba carente de firmeza ideológica.

La historia personal de Kast también es un factor importante en su ascenso. Su familia, con un pasado ligado a la dictadura y a figuras influyentes en la economía chilena, ha sido objeto de escrutinio. Su padre, Michael Kast, un exsoldado de la Wehrmacht, ha sido un tema recurrente en cada ciclo electoral, aunque el presidente electo ha intentado desmarcarse de esos antecedentes, señalando que su padre actuó bajo órdenes y no como un activista del nazismo.

El entorno familiar y religioso que rodea a Kast también ha sido crucial en su formación. Criado en una familia católica y austera, con una fuerte conexión al movimiento de Schoenstatt, estos elementos han influido en su vida política y en su percepción de los valores que defiende en su campaña. Padre de nueve hijos y casado con Pía Adriasola, ha mantenido un perfil familiar que resuena con muchos votantes que valoran la cohesión familiar y la fe.

De cara a su nuevo gobierno, Kast ha enfatizado la necesidad de abordar los problemas sociales urgentes, buscando dejar de lado las divisiones políticas para enfocarse en la gobernabilidad. En sus declaraciones, ha manifestado que su administración se caracterizará por un enfoque de “emergencia”, priorizando la seguridad y el bienestar de la ciudadanía. Con promesas de expulsiones masivas de migrantes irregulares y un recorte fiscal significativo, su agenda busca reflejar un cambio en la forma de gobernar en Chile.

La propuesta de Kast de blindar la frontera norte y combatir la migración irregular como un delito ha generado debate, especialmente en un país que ha experimentado un aumento de la llegada de migrantes en los últimos años. Sus políticas, centradas en la seguridad, tienen el potencial de cambiar drásticamente el panorama social y político del país, mientras que sus críticos advierten sobre los posibles efectos negativos de tales medidas.

Con el triunfo de Kast, Chile se enfrenta a una nueva era política. Su ascenso refleja una demanda de un sector significativo de la población por un cambio en el enfoque gubernamental, aunque también plantea interrogantes sobre el rumbo que tomará el país en un contexto de creciente polarización. La figura de José Antonio Kast, con su compleja trayectoria y sus controvertidas posturas, será sin duda central en los debates futuros sobre la identidad política de Chile y sus desafíos.