Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
A medida que avanza el verano en el Lincoln Center, la recientemente renombrada Orquesta del Festival del Lincoln Center está causando sensación en su temporada debut, caracterizada por una refrescante combinación de interacciones informales y un enfoque en el talento de los propios músicos. Bajo la dirección de su nuevo director musical, Jonathon Heyward, la orquesta está adoptando una atmósfera más accesible sin dejar de ofrecer actuaciones de calidad. La transformación de la Orquesta del Festival Mostly Mozart, que tuvo una rica historia de 21 años bajo el estimado Louis Langrée, marca un cambio significativo para el conjunto. La visión de Heyward incluye fomentar una conexión más profunda entre los intérpretes y el público, una noción evidente en el formato interactivo de los conciertos recientes. Los miembros de la audiencia tienen la oportunidad única de votar por las piezas que desean escuchar, y Heyward ha involucrado a los músicos entre movimientos para compartir sus ideas sobre los compositores que se presentan. Este esfuerzo por humanizar a los intérpretes y entrelazar sus historias en la experiencia del concierto contrasta marcadamente con la atmósfera más formal de temporadas anteriores. Los conciertos inaugurales han sido recibidos con tanto anticipación como escepticismo respecto al legado del festival y su repertorio. Los llamados sinceros de Langrée por un apoyo continuo del público aún resuenan, pero el enfoque fresco parece estar ganando corazones. Se anima a los asistentes a socializar con los músicos después de las actuaciones, una estrategia que está dando frutos en el compromiso del público y la inversión en los talentos individuales en el escenario. La programación de esta temporada toma un giro más ligero, evitando obras pesadas y complejas en favor de clásicos como Mozart, Mendelssohn y Schumann. Esta elección deliberada ha resultado en actuaciones que se sienten cómodas y accesibles, similares a un traje de lino ligero perfectamente adecuado para el verano. La interpretación de la Orquesta del Concierto para violín de Brahms y "Pulcinella" de Stravinsky muestra las capacidades de los músicos, siendo esta última un destacado ejemplo de la destreza y el humor de la orquesta, desde la animada obertura hasta el exuberante final. La interpretación de Brahms por el director Kazem Abdullah y la actuación del conjunto de "Neruda Songs" de Peter Lieberson ilustran aún más el compromiso de mostrar a los principales de la orquesta. Jasmine Choi en flauta y Jon Manasse en clarinete ofrecieron actuaciones sobresalientes, al igual que el oboísta Ryan Roberts, quien se integró perfectamente con el fagot. Cada concierto es una plataforma para que el talento individual brille, una revitalización del enfoque que es tanto refrescante como esencial. La directora artística del Lincoln Center, Shanta Thake, enfatiza la importancia de la comunidad a través de su programación "Summer for the City". A diferencia de años anteriores, donde se intentaba un compromiso más evidente desde el escenario, esta temporada permite que la música facilite la conexión de una manera más orgánica. El resultado es una atmósfera genuina, invitando a los neoyorquinos a unirse y experimentar el arte que se despliega en tiempo real. Si bien algunas actuaciones tuvieron momentos que se sintieron desiguales, particularmente en la interpretación de los solistas invitados, la calidad general de la música sigue siendo encomiable. Directores como Jeannette Sorrell aportaron un sentido de travesura a la obertura de "Le Nozze di Figaro" de Mozart, y el manejo de la Sinfonía No. 49 de Haydn por Carlos Miguel Prieto mostró un toque delicado que resonó con el público. Sin embargo, no todas las piezas lograron dar en el blanco; la interpretación orquestal de "Neruda Songs" careció de claridad, mientras que la vívida representación de "Incident at Wounded Knee" de Ballard resonó profundamente, recordando a los oyentes la profundidad emocional posible en la música orquestal. A medida que avanza la temporada, la Orquesta del Festival del Lincoln Center está demostrando ser una prometedora reinvención de su predecesora, combinando familiaridad con innovación. La acogida de la orquesta tanto a sus músicos como a su público es un testimonio de la relevancia de la música clásica en el panorama cultural actual. Es un momento emocionante para el Lincoln Center, mientras los ecos de Mozart y otros clásicos resuenan en la sala, uniendo el pasado con el presente en una celebración de comunidad, talento y la belleza atemporal de la música orquestal.