
Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.




En un notable ascenso a través de las filas del baloncesto colegial, los Tritones de UC San Diego están listos para hacer historia mientras se embarcan en su primera elegibilidad para el Torneo de la NCAA, tras su transición de la División II a la División I. En un panorama donde los recursos y las expectativas a menudo dictan el éxito de los programas atléticos, los Tritones han navegado el delicado equilibrio de financiamiento limitado, rigurosos estándares académicos y feroz competencia para emerger como los campeones absolutos de la Conferencia Big West. El viaje de los Tritones está impregnado de una rica historia que se remonta a los días de Greg Kamansky como jugador en los años 80. En aquel entonces, el programa operaba con un presupuesto austero que obligaba a los jugadores a improvisar sus dietas en los viajes. Pero, avanzando hasta hoy, los Tritones se han transformado en una fuerza formidable en el baloncesto colegial, con un récord de 28 victorias y solo 4 derrotas, y actualmente ocupan el puesto número 35 en el ranking NET, un logro sin precedentes para un programa de media categoría. El entrenador en jefe Eric Olen, quien ha estado al mando desde 2013, ha confeccionado hábilmente un equipo que encarna la resiliencia y la innovación táctica inteligente. A pesar de enfrentar desafíos significativos en la reclutación, dado las estrictas políticas de admisión académica de UC San Diego, los Tritones han logrado reunir una plantilla llena de talento. El enfoque estratégico de Olen ha sido desarrollar un estilo ofensivo y defensivo que maximice las fortalezas de sus jugadores, particularmente en una liga donde el tamaño y el atletismo a menudo dominan. Crucialmente, Olen reconoció la necesidad de cambiar de los métodos tradicionales de reclutamiento y en su lugar se centró en encontrar jugadores que, aunque quizás no sean los más atléticos de manera convencional, pudieran ejecutar su visión del juego. Esta adaptabilidad se ejemplifica en la actual plantilla de los Tritones, que cuenta con jugadores destacados como Aniwaniwa Tait-Jones y Tyler McGhie, ambos de los cuales han surgido como contribuyentes clave con antecedentes únicos que han moldeado su ventaja competitiva. Tait-Jones, originario de Nueva Zelanda y con un pasado en el rugby, lidera al equipo en anotaciones y ha desarrollado una reputación por provocar faltas y convertir tiros libres, mostrando una determinación implacable que encarna la ética de los Tritones. McGhie, un transfer de Southern Nazarene, se ha convertido en uno de los mejores tiradores del país, aumentando aún más el poder ofensivo del equipo. El éxito de los Tritones en la cancha también es producto de las innovadoras estrategias defensivas de Olen, que han llevado al equipo a ocupar el segundo lugar a nivel nacional en tasa de pérdidas defensivas. Al incorporar una filosofía de alta presión y búsqueda de pérdidas, los Tritones han generado consistentemente posesiones adicionales, lo que les permite superar a sus oponentes en anotaciones. Esta temporada, la atmósfera en torno al baloncesto de los Tritones ha cambiado palpable, con una asistencia que se ha disparado y un apoyo local en aumento. Los partidos que antes solo atraían a un puñado de aficionados ahora se están agotando, un testimonio de la creciente prominencia del equipo en la comunidad. A medida que se preparan para el próximo Torneo de la NCAA, los Tritones no solo juegan por sí mismos; representan a toda una universidad que ha esperado mucho tiempo por este momento. Mientras se preparan para la locura de marzo, los Tritones llevan una narrativa de desafío y determinación, encarnando el espíritu de los desvalidos que han perseverado contra todo pronóstico. Con un estilo de juego distintivo que interrumpe las normas tradicionales del baloncesto, y una plantilla repleta de jugadores ansiosos por demostrar su valía en el escenario nacional, UC San Diego está lista para abrir las puertas del Torneo de la NCAA. Si la historia nos ha enseñado algo, es que este equipo posee el potencial de capturar los corazones de los aficionados mucho más allá de su campus, convirtiendo su aparición inaugural en el torneo en un momento definitorio en la historia del baloncesto colegial.